Más corazón que argumentos, ese podría ser el resumen de una selección demasiado neófita, un país paralizado, respirando fútbol y aires de grandeza. Todo comenzó con el sorteo, la imaginación de los polacos empezó a volar, un grupo en el que pasar de ronda no era en absoluto una quimera. Ninguna selección top, aunque todas con jerarquía y años de competición al máximo nivel. Y por encima de todo, el plus de la rivalidad con Rusia, el sueño de ganar y dejar fuera de la competición al Gran Oso.
Un equipo en el que destacan los “extranjeros” y en el que el mejor jugador de la liga polaca no fue siquiera convocado, Alemania como primera casa y salida del fútbol polaco. Smuda decidió jugarlo todo a una carta, apostó por el corazón y es que el ansía de sus discípulos era irrefrenable. Todos los primeros tiempos fueron calcados, Polonia salía revolucionada, jugando a una velocidad que pocos equipos pueden soportar, empujando, jugándose el alma en cada jugada. La defensa achicaba, cerraba con contundencia y cumplían en la marca, laterales largos, era un 1-4-2-3-1 sobre el papel, pero el dibujo quedaba en apenas una anécdota en los primeros 45 minutos de los tres partidos que disputó la biały-czerwony. Todos fueron desbordados, ni siquiera Rusia consiguió superar el envite inicial de Polonia, tras eso la falta de gol los retrató… Nunca consiguieron aprovechar la ventaja que generaban. Luego llegaron las segundas partes, el saber estar griego dio sus frutos, Grecia lleva jugando a lo mismo desde la Eurocopa de Portugal, y antes también, esperar atrás, juntar hombres y salir con pocos. Nunca se salieron del guion, esperaron a que Polonia desfondara, buscara el orden y a la postre recibiera un empate que nunca debió campear en el marcador. Ganaban 1-0, jugaban en casa y contra 10… Luego llegó Rusia, el gran fracaso de esta Eurocopa tras Holanda, explosivos arriba doblegaron a la República Checa en 10 minutos y el ansía los hizo caer en el empate ante Polonia (ThisisRussia…).
Los días previos al partido con los checos Polonia vivió una revolución, el pase a la siguiente fase estaba en las botas de aquellos a los que se llegó a llamar los elegidos. Salieron y arroyaron, el gol no llegó y tras el descanso vimos lo de siempre… Lewandowski jugando 20 metros por detrás donde debiera y todos los balones iban a Murawski y Błaszczykowski, ni un centro para uno de los 9 más dominantes en el área de esta Eurocopa. El gol de Jiráček no apagó las esperanzas polacas que vieron en Grecia un espejo y una esperanza.
Polonia se apea de su Eurocopa antes de lo que ellos creían, ahora queda tiempo para el análisis y el cambio, tienen grupo, línea ofensiva y una pareja de centrales solvente, en la portería tienen alternativas como han demostrado estos días, en la siguiente generación puede estar el cambio, entrar en una dinámica ganadora y cambiar la historia de una vez por todas.
Un abrazo.
2 Comentarios
A mí me ha faltado el gran Ebi Smolarek para que hubieran podido aspirar a algo.
(Es coña, conste en acta)
Ojalá hubiese seguido adelante Polonia,me quedo con ganas de ver más a Lewandowski como dijo Maldini.
Saludos desde Futboldeetiqueta.com
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