El próximo domingo a las 12 del mediodía, la capital del Piamonte italiano se vestirá de gala para acoger un nuevo derbi turinés, conocido como el Derby della Mole en honor a la Mole Antonelliana, el principal símbolo de la ciudad de Turín.
Esta rivalidad se remonta a inicios del siglo XX, concretamente al año 1906 cuando el entonces presidente Juventino, Alfred Dick, tras diversas discusiones con los socios del club, decide renunciar a la presidencia para, posteriormente, fundar con el apoyo de algunos futbolistas juventinos, el Foot-Ball Club Torino. Este fue el germen del actual Torino Football Club, refundado en Agosto de 2009.
Desde sus inicios el Toro representó a la clase proletaria, mientras que la Juventus se asociaba con la burguesía piamontesa. Pero todo esto cambió con la irrupción allá por el año 1923 de la familia Agnelli en la Vecchia Signora. A partir de ese momento, los trabajadores del Grupo FIAT (símbolo de la familia), la mayoría de los cuales eran inmigrantes, principalmente de la región sur del país (regiones de Sicilia y Campania generalmente) pasaron a ser hinchas juventinos. Durante las décadas 60 y 70 del siglo pasado y, debido al notable incremento de la población migratoria a Turín, la Juventus comenzó a representar, por su hinchada, el espíritu del nuevo trabajador piamontés, aquel de los inmigrantes, mientras que la sociedad granata quedó atada a su origen turinés. De ahí, que el Torino tenga más seguidores en la ciudad (o eso dicen sus hinchas, al menos) y la Juventus en el resto de Italia.
Sea como fuere, es evidente que es un derbi muy desigual, con la Juventus muy por encima de su vecino. De hecho, el Torino no gana desde 1995. Pero todo eso dará igual cuando su hinchada suba ilusionada hacia el Stadio Grande, camino de Los Alpes. Es más, si gana, se pondrá a tiro de piedra de su irreconciliable vecino, y eso no lo recuerdan ni los más viejos del lugar.
Pero, ¿tiene argumentos el Torino para plantar cara? Pues alguno tiene, pocos, pero alguno tiene. El primero, evidentemente, es el público, que abarrotará el estadio. En lo futbolístico los bianconeros son superiores en todo aunque, quizá aún no estén a pleno rendimiento y le está costando sacar adelante los partidos. El empate ante el Copenhague y las remontadas ante los dos equipos de Verona son una gran prueba de ello. Y a eso se aferrará el Toro, además de que es posible que la Juventus tenga puesta su mente en el importante partido del miércoles frente al Galatasaray en Champions. Futbolísticamente el Torino está en un buen momento, con tres partidos seguidos sin perder, 1 victoria y dos empates, que bien pudieron ser tres victoria ya que tanto al Milán como la pasada jornada al Hellas Verona les tenía el partido ganado. Está asentado en la parte alta de la clasificación y no tiene las apreturas de años anteriores. El internacional absoluto Alessio Cerci está en un gran momento de forma y ya sea con Immobile o con Meggiorini formará una buena dupla de atacantes que harán frente a la defensa titular de la selección italiana, que no anda últimamente en su mejor momento, entre ellos Angelo Ogbonna por el que la Juve pagó 13 millones de euros al Torino este verano. El tradicional “parar a Pirlo” esta virando a intentar anular al chileno Arturo Vidal, probablemente el centrocampista más en forma del mundo en este momento, y ahí Brighi y El Kaddouri se tendrán que multiplicar. Las entradas de segunda línea del chileno son puñales.
Los dos equipos presentan un sistema similar un 3-5-2 o 5-3-2 según se mire, con dos carrileros muy en forma en ambos equipos, el suizo Lichtsteiner por la Juventus y D’Ambrosio (que lleva dos goles en 4 jornadas) por el Torino. Precisamente estos dos se verán las caras directamente al ocupar el mismo carril.
Las posibles alineaciones que presenten estos dos equipos son:
En condiciones normales debe ganar bien la Juventus, pero esto es fútbol…
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