Cromos, un pedazo de historia del fútbol

Alegría es lo que un aficionado siente al completar su colección de cromos, esa que tanto le ha costado reunir y en la que puede ver a sus grandes ídolos ‘pegados’ unos a otros.

Nostalgia es el sentimiento que se tiene cuando, pasados unos cuantos años, reaparecen esos álbumes ‘envueltos’ en polvo.

Recuerdos son los que vienen a la mente en el momento de repasar esas postalillas, revisando los equipos y rememorando lo sucedido en aquella temporada.

Emoción al ‘juntar’ todo lo anterior en un mismo instante.

Cuatro sentimientos, cuatro sensaciones, que más de uno ha experimentado en sus propias carnes.

Diversas circunstancias han querido que a mis manos regresasen cromos y álbumes de mi infancia y de la de mi hermano. En tan sólo instante me volví a sentir como un niño de 10 años con un juguete nuevo, mirando con admiración esas postalillas que tanto dinero y tiempo había costado reunir. Desde el Mundial de Francia de 1998, una colección especial de la Champions League – con cromos de mi querido Deportivo y una ración doble de añoranza incluída -, o los ‘típicos’ de cada temporada de Liga. Cientos o miles, pegados o ‘repes’, guardados en cajas como si fuesen simples recuerdos que no merecía la pena traer de vuelta a la mente.  Pocos momentos futbolísticos hay comparables a este, en el que no importaba el equipo, el año ni cualquier otra circunstancia. Por mis manos estaban pasando las ‘cabezas’ de Guardiola, Puyol, un Iker Casillas joven, el Valerón del Atlético de Madrid o la Francia de Zidane. Daba igual, con cada uno de ellos me paraba varios minutos.

Reconozco que en un momento de ‘necesidad económica’ puede que no dudase en intentar ganar dinero gracias a estas reliquias. Pero creedme cuando digo que es lo último que haría, desprenderme de algo histórico, de parte de mi vida no sería para nada agradable. Puede que sea una de las mayores tonterías que en vuestras vidas habéis leído, pero creo que para cualquier aficionado al fútbol – al que no sólo le importe ‘su equipo’, sino el deporte en general – tener cromos antiguos es lo mínimo que se le puede pedir.

Pensaréis que estoy loco y que la afición de coleccionar era algo que tenía abandonada. Nada más lejos de la realidad. Mi última adquisición es la que, por el momento, más valor sentimental tiene. Un álbum de recuerdo de la plantilla del Deportivo que consiguió el tan ansiado ascenso en la temporada 2011/2012, en un año lleno de récords. La escenificación perfecta de lo que significan los cromos en mi vida. Pero no será la última, de eso estoy seguro.