Roy Hodgson, seleccionador inglés, lleva bastante tiempo en busca de un delantero centro que le solvente los problemas de gol que muestra Inglaterra. El último en unirse a esa lista ha sido Saido Berahino, nativo de Burundi, que está realizando una gran temporada en el West Bromwich Albion. Junto a él han desfilado en los últimos años Welbeck, Sturridge, Lambert, Jay Rodíguez, Carroll, Agbonlahor, Crouch, Defoe, Bent y un largo etcétera en la búsqueda de los goles perdidos desde la retirada de Alan Shearer. El seleecionador también tiene en mente a Harry Kane, que está despuntando saliendo desde el banquillo del Tottenham.
Sin embargo, al oeste de Londres, en el distrito de Hammersmith y Fulham —donde se encuentra la casa del Queens Park Rangers— está llamando con mucha fuerza a la puerta de la selección Charlie Austin, que en su primer año en la máxima categoría del fútbol inglés ya lleva seis goles en once partidos, más de la mitad de su equipo. Su empuje hizo que el propio seleccionador se desplazara el fin de semana pasado a Loftus Road para verle in situ en su partido ante el Manchester City. El atacante se lució ante la mirada del seleccionador anotando tres goles, aunque sólo uno subió al marcador ampliando así su racha a tres jornadas consecutivas marcando, tras su doblete al Aston Villa y su golazo de tacón en Stamford Bridge ante el Chelsea.
Todo esto no se convertiría en noticia si no fuera porque Austin, hace sólo cinco años, se ganaba la vida como albañil en la empresa de su padre en Bornemouth, mientras en sus ratos libres goleaba en el Pool Town de la novena división inglesa. Los entrenamientos y partidos alargaban las jornadas laborales de Austin desde las 5:30 de la mañana hasta bien entrada la noche. Austin, debido a su crecimiento tardío, fue rechazado de las categorías inferiores del Reading. Tras marcar 34 goles en 34 partidos con el Pool Town, los ojeadores del Swindon Town de Ligue One se lo llevaron para hacerle una prueba donde les impresionó. Seguía como albañil y anotó 31 goles en 54 partidos que le llevaron a una división más avanzada, la Championship a las puertas de la Pemier y se bajó del anadamio. El Burnley se lo llevó en el mercado invernal de 2010, donde siguió marcando goles sin importarle su juventud ni el salto de categoría y tras 45 goles en 90 partidos se mudó a Londres, donde el QPR le reclutó tras su fallido fichaje por el Hull City, que le rechazó en las pruebas médicas. Austin formó junto a Bobby Zamora (otro que también ha probado en la selección) una dupla atacante de mucho nivel, que devolvió Loftus Road a la Premier tras un gol suyo ante el Wigan en Wembley.
A sus 25 años le ha llegado el estreno en el techo del fútbol inglés y, como en ocasiones anteriores, no le ha pesado el salto. Austin siempre ha tenido los pies en el suelo incluso cuando estaba en las categorías mas bajas del fútbol. Recientemente concedió una entrevista a «The Independent» en la que afirmaba «No me preocupaban mucho las ambiciones. Jugaba en el Pool Town, ¿Quien iba a descubrirme?». Pero toda esa esperanza que él no tenía sí la albergaba un grupo de aficionados que apostó 150 libras (50 a 1) a que algún día Charlie Austin marcaría un gol con Inglaterra. Ese día, quizá, esté muy cerca.
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