Es curioso como dos resultados iguales pueden tener detrás dos partidos tan diferentes. Como un empate a cero, el resultado aburrido por excelencia donde nadie gana y ni siquiera uno tiene la oportunidad de cantar gol puede ser consecuencia de la apatía de ambos clubers, o del desacierto y el caos de cara a gol. Del ‘Ha sido un partido muy disputado donde ambos equipos tuvimos miedo a perder’ al ‘Si, bueno, es que cuando la pelota no quiere entrar no hay nada que hacer’. Ambos forman parte del mismo resultado.
Domingo, 16.00 horas. Iberostar Stadi. Mallorca y Granada firman un partido soso, aburrido, y sin ritmo, donde apenas un larguero poco antes de terminar el partido es la única huella de peligro en las áreas. Un partido que de haber ocurrido en las últimas tres jornadas, alguien hubiera sospechado de que había intereses de por medio. Aburrimiento supino, un partido que puso a prueba la resistencia al sueño de los asistentes, y que hizo que los que estábamos viendo el partido desde nuestras casas, nos ocupáramos de otros menesteres. Como ordenar los iconos de mi escritorio.
Domingo, 21.30 horas. Estadio Santiago Bernabéu. Real Madrid y Valencia firman el mejor partido de la jornada, tanto por ocasiones de gol, como por intensidad, velocidad, ocasiones de gol, y repercusión en la Liga. Primer clasificado contra tercer clasificado. Cristiano Ronaldo, Benzemá, Higuaín, Özil, Aduriz, Feghouli, Tino Costa… Y sobre todo, Guaita y Casillas. Y los palos del Bernabeu. Daba la sensación de que habían encogido la portería, y que lo que normalmente es un tiro ajustado al palo, hoy impactaba contra él. Y cuando esto no ocurría, ya se encargaba el cancerbero de meter la mano y mandar al traste cualquier atisbo de romper el empate.
El partido del Santiago Bernabeu tenía tal velocidad que parecía un partido de tenis. Sin centro del campo que contuviese, la velocidad de un área a otra era sencillamente brutal. En el Iberostar, el ritmo de burro famélico que tenía el partido era el único resultado que podía darse con justicia. El 0-0 es un resultado confuso. ¿Cómo le explica un madridista a su mujer que pese a que el Madrid a empatado a 0, y que el Barcelona le recorta dos puntos, ha visto un partidazo y se lo ha pasado genial? Misterios del fútbol.
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