El Aston Villa afronta esta temporada como las tres últimas. Un reto que ya se ha convertido en algo personal para el club de Villa Park: volver a pelear por puestos europeos en vez de por evitar el descenso. En orden a dicho objetivo, el técnico Paul Lambert ha fichado a cinco jugadores que comparten un mismo perfil: futbolistas veteranos (tres de ellos con amplia experiencia en Premier) semejantes a soldados de fortuna que ofrecen sus servicios a cambio de dinero para tratar de llevar a cabo la gran gesta.
Cleverley, la excepción. La única llegada joven y potencialmente ilusionante es la de Tom Cleverley, centrocampista canterano del Manchester United que llega a Villa Park en calidad de cedido lo que resta de temporada ante los problemas para tener miutos esta campaña con Van Gaal. Con su reciente incorporación, el Aston Villa gana a un mediocentro / interior con capacidad tanto para recuperar y asegurar la bola (pasando el balón atrás y haciendo gala de un alto porcentaje de acierto en el pase como el 90,2 % que exhibe en este inicio liguero), pero también un futbolista llegador, con buen disparo desde media distancia, valentía en los pases verticales y decisión en los cambios de juego. En teoría, Cleverley debería ser el complemento ideal para el mediocampo villano: Delph-Westwood / C. Sánchez-Cleverley, más aún tras el traspaso de El Ahmadi al Feyenoord por cerca de un millón de libras.
El dibujo que plantea Lambert en el Aston Villa 14-15 parece posicionarse sobre el campo como un 1-4-5-1:
Destaca la capacidad para tapar las subidas de los laterales + volantes rivales que representen un peligro demasiado a tener en cuenta, como vimos en el partido de liga vs Newcastle, en el que Lambert buscó cubrir la subida de Dummet + Gouffran y Janmaat + Cabella. El equipo defiende con dos líneas claras y bien definidas, una de cuatro y otra de cinco, mientras Agbonlahor espera arriba a que le lleguen balones y ejecuta la primera presión a la salida del balón, acompañado selectivamente por un compañero centrocampista que sube a ayudarle en su tarea.
En la portería, Brad Guzan sigue consolidado como guardameta titularísimo, con el veterano Shay Given y el joven Jed Steer como recambios alejados del nivel habitual del norteamericano.
La defensa de cuatro la vuelve a comandar (esperanzadoramente) un año más el excelso central holandés Ron Vlaar, quien tras un notabilísimo Mundial estuvo cerca de salir del club. Le acompaña Senderos, futbolista que nunca rindió lo que prometía a nivel de clubes (mostrando unas mejores performances históricamente hablando con su selección) y tratará de redimirse en Villa Park. En los laterales, por la derecha el siempre correcto Alan Hutton (que regresa tras tres cesiones en distintos equipos) y por la izquierda Aly Cissokho, recién llegado del Valencia (tras su cesión en el Liverpool 13-14) que ostenta una potencia física inédita en un carrilero. La media de edad de la defensa villana, algo superior a los 28 años, habla por sí sola.
En la medular se abren los primeros debates. El único jugador insustituible es Fabian Delph, un interior inagotable que presiona, recupera balones, conduce, lanza contras y mantiene la misma intensidad durante todo el encuentro. Por sus venas corre Redbull. La duda son sus dos acompañantes: como pivote defensivo viene jugando Ashley Westwood, pero la llegada de Carlos “La Roca” Sánchez, junto con el precio que se pagó por él al Elche (2 millones de euros), podrían terminar por darle la titularidad al colombiano. Finalmente, para el otro interior habría varias opciones: adelantar al propio Westwood aprovechando su buen golpeo a balón parado y tendencia más defensiva, o darle la titularidad a Tom Cleverley, que aportaría mayor creatividad y verticalidad al medio villano. En definitiva, con un pivote defensivo como Westwood o Sánchez, la opción ideal sería acompañarlo de dos interiores más verticales que horizontales que además tengan el físico y el posicionamiento suficiente para recuperar y asegurar la bola, además de jugarla hacia delante como si de un partido de rugby se tratase.
Por último, mientras en Villa Park se espera la recuperación de Christian Benteke como el regreso del hijo pródigo, Lambert afronta el problema del gol con Agbonlahor como nueve, Kieran Richardson en banda izquierda y Andreas Weimann acostado sobre la derecha. El problema es que ninguno es un goleador puro, aunque Weimann se está destapando como un jugador decisivo en metros finales: dos goles y una asistencia en los tres partidos jugados, es decir, que ha marcado y/o participado en todos los goles de su equipo hasta el momento. Esto es vital cuando no vemos a un Darren Bent con la confianza ni los minutos necesarios para volver a ser aquel hombre-gol que todos recordamos por su paso por equipos como el Charlton Athletic o el Sunderland. Lo ideal, sería posicionar a Agbonlahor en el costado izquierdo (fue partiendo desde ahí cuando vimos al mejor Gabby) y meter a Darren Bent de referencia en punta de ataque (retoque que suele llevar a cabo Lambert en los mins finales de todos los encuentros). Veremos en los próximos envites las decisiones de Lambert al respecto.
Jack Grealish, la esperanza. El jovén canterano del Aston Villa nacido en la mismísima ciudad de Birmingham, representa el optimismo y la esperanza personificadas. En el partido vs Hull, justo cuando los visitantes buscaban con mayor ahínco el gol del empate, Lambert dio entrada a un chaval de 18 años que, ante la sorpresa de muchos, no se arrugó y pidió la bola llegando a provocar tres faltas y tres tarjetas amarillas en un lapso de tiempo de apenas cinco minutos. En ese encuentro jugó como volante izquierdo, prácticamente un doble lateral junto a Cissokho, cubriendo la espalda del francés ante posibles pases rivales y manteniendo el balón en posesión villana. Pero su rol en un partido sin estar tan condicionado puede llegar a ser mucho más grande: Grealish ostenta una calidad en los pies mucho más aprovechable en la zona de tres cuartos del campo rival que en la del campo propio y probablemente Lambert y Keane nos darán en más de una ocasión el placer de verlo jugar (tanto por dentro como por fuera) más liberado, viendo entonces su mejor versión.
La plantilla al completo para afrontar la temporada 14-15 es la siguiente:
-Porteros: Brad Guzan, Jed Steer, Shay Given.
-Defensas: Nathan Baker, Joe Bennett, Ron Vlaar, Jores Okore, Ciaran Clark, Philippe Senderos, Kieran Richardson, Alan Hutton, Aly Cissokho, Janoi Donacien, Matthew Lowton, Enda Stevens.
-Centrocampistas: Tom Cleverley, Yacouba Sylla, Aleksandar Tonev, Leandro Bacuna, Joe Cole, Ashley Westwood, Fabian Delph, Chris Herd, Carlos Sánchez, Samir Carruthers, Charles N´Zogbia, Daniel Johnson, Jack Grealish.
-Atacantes: Andreas Weimann, Gabriel Agbonlahor, Darren Bent, Christian Benteke, Libor Kozak, Callum Robinson, Graham Burke.
Lo cierto es que la mayoría de recién llegados están teniendo minutos e importancia en el equipo villano. A pesar del gran inicio liguero, el proyecto está diseñado para certificar la permanencia a corto plazo buscando comodidad en mitad de tabla y volver a soñar con el viejo continente a medio-largo. Con todo, habrá que seguir esta temporada al Aston Villa, uno de los históricos de la Premier que busca restaurar el orden de las cosas y huir del caos en el que se encuentra a través de la sobriedad del equipo actual.
Un conjunto fuerte, unido y comprometido en contraste con ese equipo que con la recuperación de Benteke quizás tratará de arriesgar más y ganar más metros consciente de la pólvora que tiene arriba. Tres partidos disputados en liga hasta el momento se han saldado con dos victorias y un empate. Tres goles a favor y uno en contra que afianzan la imagen de un equipo que sabe muy bien sus defectos y virtudes consciente de que deberá esperar a la llegada del goleador Benteke, compensando dicha espera con un esfuerzo extra en defensa y una plantilla solidaria que arrima el hombro a la hora de bajar y defender. Si Lambert consigue mantener ese ritmo y rendimiento de sus futbolistas hasta después de la incoporación de Benteke al XI inicial, el Aston Villa podría estar por fin poniendo rumbo a puestos más cercanos a Europa que a The Championship. Y todo, con la sobriedad que precede a la embriaguez (de goles).
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