Cuatro campeones de Europa. Eso es lo que ha dejado el Atlético por el camino en su afán de hacer historia y proclamarse campeón de la UEFA Champions League por primera vez en sus más de 100 años de historia. Oporto, en la fase de grupos, Milan, Barcelona y Chelsea, en octavos, cuartos y semifinales respectivamente, han sido las víctimas de este Atlético de Simeone. Pero vayamos por partes.
El grupo G fue el destino del Atlético en la primera fase: Oporto, Zenit de San Petersburgo y Austria Viena, sus rivales. A priori, el Oporto parecía, por su experiencia en la competición, el candidato al primer puesto, y el Zenit, un equipo peligroso pero asequible, parecía el rival por la segunda plaza y, por tanto, la clasificación.
Sin embargo, a la postre, el Atlético completó una primera fase casi impecable, con cinco victorias y sólo un empate, frente al Zenit, en Rusia, cuando ya estaba clasificado. Dos momentos claves, a mi juicio, tuvo esta fase:
- El primer partido, en el Calderón, frente al Zenit, que se adelantó en el marcador (el Atlético salió muy nervioso) e hizo temer complicaciones nada más empezar esta fase de grupos. Afortunadamente, el Atlético se sobrepuso y terminó ganando ese partido por tres tantos a uno.
- Y el segundo partido, en Oporto: mediada la segunda parte, el Atlético empataba a uno, lo cual era un excelente bagaje. Pero el equipo no se conformó y en una falta made in Simeone’s Lab, Arda certificó no sólo la victoria atlética, sino la sensación de que el Atlético iba a por todo, también en Champions.
Tras estos dos partidos, los dos frente al Austria Viena sirvieron para lograr el pleno de victorias (4 de 4) hasta ese momento y asegurar la clasificación y el primer puesto en el grupo.
En octavos, el Atlético quedó emparejado con el AC Milan, cierto es que venido a menos, pero un equipo con siete Copas de Europa en sus vitrinas. En la ida, en tierras italianas, tras unos primeros minutos de nerviosismo atlético y agobio milanista, el equipo se fue asentando y dominando el partido hasta lograr la victoria con un gol de Diego Costa a pocos minutos del final. La vuelta, en el Calderón, fue una fiesta: 4-1 para el Atlético, que alcanzaba los cuartos por la puerta grande.
En cuartos tocó el Barcelona. Dos resultados muy ajustados (1-1 en Barcelona y 1-0 en el Calderón) pero la sensación de que, en el global, el Atlético dio pocas opciones al Barcelona. Sólo tras el primer tanto del Barcelona en el partido de ida pareció que el Atlético podía tener dificultades en la vuelta, pero un extraordinario gol de Diego Ribas puso la eliminatoria de cara para el Atlético. Un arranque demoledor en el partido de vuelta en el Calderón, 1 gol y 3 palos en los 20 primeros minutos, hicieron el resto.
Y en semifinales, el Chelsea. Tras el affaire Courtois y si debía jugar o no (recordemos, cedido por el Chelsea al Atlético), el partido en el Calderón fue muy trabado y acabó como empezó. El Atlético jamás encontró vías para derribar el muro montado por Mourinho delante de Cech, primero, y Schwarzer, tras la lesión del checo.
En la vuelta, tras el gol inicial de Fernando Torres para el Chelsea (por cierto, el de Fuenlabrada, atlético de corazón, no lo celebró y casi pidió perdón), el Atlético se mostró muy superior y remontó el partido y la eliminatoria hasta ganar por 3 a 1, para alcanzar, por segunda vez en su historia, la final de la Copa de Europa.
En 1974, se perdió contra el Bayern de Munich, tras aquel zapatazo de Schwarzenbeck. ¿En 2014? ESperemos que la suerte cambie.
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