Resulta tremendamente divertido seguir las clasificatorias del mundial en zonas exóticas. En concreto la zona de la CONCACAF suele ser la que permite aprender cada 4 años una nueva lección de geografía. Raro es que en el hexagonal final se cuele algún país desconocido pero no tanto que en la fase inmediatamente anterior exista la ocasión de descubrir a selecciones que resulta complicado ubicar en el mapa.
Es el caso del archipiélago caribeño de Antigua y Barbuda, conformado por varias pequeñas islas y de las cuales la isla de Antigua es la más importante, siendo su capital la ciudad de Saint John. Pertenece a la Commonwealth y su población total no llega a los 90.000 habitantes. Como destino turístico seguramente sea un paraíso pero en cuanto a su potencial futbolístico no hay duda de que sus recursos son más que limitados. La selección disputa sus partidos en el Sir Vivian Richards Stadium -con capacidad para unos 10.000 espectadores- situado en la población de North Sound, a unos 15 minutos de la capital. Su futbolista más conocido es Dexter Blackstock, delantero perteneciente al Nottingham Forest. Del resto cabe decir que la gran mayoría juegan en el club más importante del país, el Antigua Barracuda FC.
En esta ocasión fueron las selecciones de Estados Unidos, Jamaica y Guatemala las que se frotaban las manos viendo como les había caído en su grupo la perita en dulce del sorteo. La selección de Antigua y Barbuda venía de sorprender en la ronda anterior eliminando, entre otras, a Haití. Jamás había llegado tan lejos en una previa mundialista y seguramente será complicado volver a verles en la ronda anterior al hexagonal. De las 4 selecciones que componían el grupo clasificaban las dos primeras al hexagonal, objetivo inabordable para los antiguanos. Y efectivamente, en ningún momento estuvieron en la pelea para clasificarse. Pero analizando los resultados logrados no se puede decir otra cosa que el éxito ha sido mayúsculo.
Empezar con una derrota por 3-1 en Florida ante un país que tiene 3.500 veces tu población no se puede valorar como una catástrofe. A continuación un empate sin goles con Jamaica otorgó a los antiguanos el único punto que lucieron en la clasificación final. Después, 4 derrotas dignas, pero que muy dignas. A destacar el sufrimiento de la selección estadounidense de Klinsmann, que en su visita al archipiélago se encontró con un partido durísimo y no consiguió el gol que le daba los 3 puntos hasta el minuto 90. Antigua y Barbuda también logró marcar en todos sus desplazamientos obligando a Guatemala a remontar, algo que tampoco se consumó hasta el tramo final del choque. En definitiva, última clasificada pero ofreciendo un nivel competitivo superior al que mostraron Guyana o Cuba, colistas de los otros grupos.
Y es que cuando se habla del Caribe no todo son playas, verdaderamente resulta muy gratificante seguir la clasificación mundialista de la CONCACAF. Incluso es posible que un año de estos sea el momento de pasar unas vacaciones en el archipiélago de Antigua y Barbuda y poder seguir en vivo algún partido de su selección.
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