El final de la temporada 2011-2012 supuso un punto de inflexión para el equipo herculino consumándose su descenso a Segunda División tras dos décadas en la máxima categoría. El otrora “Superdépor” se convirtió en un recuerdo. Tras la marcha de Irureta en el año 2005, y el adiós de jugadores como Mauro Silva, Naybet o Djalminha marcaron el devenir del Deportivo.
Los sucesores de Jabo -Caparrós y Lotina- no lograron devolver el brillo perdido al juego de la zaga blanquiazul.
Así las cosas, Lendoiro asumió un necesario cambio de rumbo en el planteamiento técnico de su club. La llegada de Jose Luís Oltra al banquillo herculino supuso la vuelta de un fútbol vistoso, agresivo y la recuperación del olfato goleador perdido. La veteranía y saber hacer del mago de Arguineguín como director de la orquesta blanquiazul, la seguridad de Aranzubía bajo palos, la calidad de Guardado en la banda y el juego aéreo de Colotto, así como la llegada de Bruno Gama o Salomão, sin olvidar los galones asumidos por los canteranos Bergantiños y Juan Dominguez en el mediocentro del equipo gallego son los principales argumentos empleados por el valenciano para devolver al club a Primera División por todo lo alto, logrando el récord de puntos en la Segunda División española, (91 puntos en 42 jornadas).
Esta nueva temporada por tanto, se presenta como un reto para Oltra, pues el valenciano no ha tenido éxito como técnico en Primera División. El objetivo principal es apuntalar la plantilla deportivista, mermada por las bajas de Colotto y Guardado. Dado el carácter ofensivo del fútbol propuesto por el entrenador blanquiazul, los refuerzos se centraron en la medular, defensa y la búsqueda de un nueve. Marchena, Pizzi, Camuñas, Abel Aguilar, Roderick, Evaldo, André Santos, Salomão, Tiago Pinto y Nelson Oliveira completan el cuadro herculino en su regreso a la máxima categoría del fútbol español.
Los problemas económicos de la entidad gallega hacen que todos estos jugadores lleguen en calidad de cedidos, por lo que es un equipo con aparente corto recorrido. Sin embargo, tras las primeras jornadas de Liga, el arrojo del equipo y la capacidad de liderazgo demostrada por los recién llegados demuestra que el Deportivo puede tener mucho que decir en esta campaña.
Como ya hemos señalado anteriormente la retaguardia deportivista está capitaneada por Aranzubía, un guardameta solvente y con experiencia. Para suplir la salida de Colotto, el Deportivo recurrió a Carlos Marchena para asegurar una defensa feble de por si, cuyo punto más débil es la banda izquierda con Evaldo como titular. No obstante, el fichaje de Tiago Pinto in extremis puede ser la salvación del lateral.
El centro neurálgico del cuadro deportivista tiene como líder a Juan Carlos Valerón, apoyado en Aguilar y Pizzi, que aportan verticalidad y velocidad así como visión de juego. El mediocampo blanquiazul vuelve a gozar de una capacidad creativa que había desaparecido en los últimos coletazos del equipo herculino en Primera División.
La vanguardia deportivista se vió reforzada con la llegada del portugués Nelson Oliveira, que junto a Riki, son los arietes con los que cuenta Oltra. Ambos han demostrado su buen estado de forma y su capacidad como goleadores.
Tras decir adiós la pasada temporada a Primera División, la ciudad coruñesa se volcó con su equipo. Tanto es así que el equipo gallego supera ya los 26.000 socios. De hecho, la afluencia media de espectadores al estadio municipal de Riazor superaba a muchos de los estadios de equipos de Primera División, logrando superar los 25.000 espectadores.
Convertir Riazor en un fortín de nuevo fue posible gracias al apoyo de la afición, que jornada tras jornada alentaba a su equipo y consiguió llevarlo en volandas de nuevo al lugar que nunca debió abandonar.
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