Guardarse un póquer bajo la manga es algo a la altura de muy pocos privilegiados y muchísimo más si nos referimos al mundo del fútbol. Poco de azar tuvo la jugada maestra del Kun Agüero en el Etihad, al que despachó con 4 goles en una misma sobremesa.
Más allá de números y estadísticas hay que analizar al Kun desde un plano mucho más lejano, sin dejarnos envolver por los cantos de cisne ni por los elogios oportunistas. El argentino salió como único hombre de referencia, apoyándose en el elevado valor asociativo de las mentes de Lampard y Silva. Ahí el Kun brilla de una forma descomunal, con una impronta de delantero que te puede resolver solo un partido mezclándose en los retazos de Romario y el ahínco voraz de un argentino.
El tiempo otorga y castiga, casi siempre no de la misma forma ni cantidad y por supuesto tampoco en espacios de tiempo equilibrados; eso fue lo que le ha pasado a la trayectoria de este delantero menudo y sonriente. Si las lesiones hubieran respetado al Kun Agüero estaríamos hablando de escalas diametralmente opuestas, una magnitud infinitamente mayor a la que ahora podemos —o más bien nos dejan— contemplar semana tras semana.
Frente al Tottenham tocó la jugada maestra, un póquer completo ante la atenta mirada de todos los pistoleros de la mesa, que únicamente les quedaba aplaudir. Pero como ya dije, el tiempo nunca otorga treguas demasiado prolongadas, ni tampoco sabemos si esa racha se convertirá por enésima vez en un par de unos que manden al jugador al callejón trasero cabizbajo, o si detrás de este póquer nos aguarda un full de ases y todas sus consecuencias.
1 Comentario
En forma, es el único en el planeta capaz de acercarse a Messi y Cristiano.