Hasta hace poco más de un año y medio era un semi desconocido, con un discreto paso por las categorías inferiores del Betis y varias cesiones por clubes modestos del fútbol español. Pero el 6 de octubre de 2012 supuso un punto de inflexión en la carrera de Adrián San Miguel. Pepe Mel le concedía su primera titularidad en la portería del club sevillano ante la Real Sociedad y desde ese mismo momento se convirtió en un jugador clave para el entrenador madrileño. Sus actuaciones sirvieron para ayudar a que los verdiblancos firmasen un meritorio séptimo puesto al final de la 2012/13 en la Liga BBVA y la consiguiente clasificación para disputar la Europa League la siguiente temporada.
Para desgracia de la hinchada del Benito Villamarín, a principios de verano y tras finalizar su contrato con el club de Heliópolis, Adrián no renovó y puso rumbo a Londres para firmar por tres años con el West Ham United.
No obstante, los comienzos del arquero sevillano en la ciudad del Támesis fueron más difíciles de lo esperado. Sam Allardyce, entrenador de los Hammers, se decantó por el veterano guardameta finlandés Jussi Jääskeläinen como portero titular, relegando al ex bético a un papel secundario. Además, en su debut bajo los palos en Upton Park, ante el modesto Cheltenham Town en partido correspondiente a la Capital One Cup, cometió un penalti absurdo como consecuencia de una mala salida en un balón dividido. La confianza del preparador inglés en el español era igual a cero.
El inicio del equipo en Premier League fue un tanto irregular, ocupando durante las primeras jornadas la zona media-baja de la clasificación. La situación empeoró gravemente y entre la novena y la vigésima jornada los londinenses tan solo fueron capaces de sumar seis puntos, cayendo a la zona de descenso y con muy malas sensaciones de cara al futuro. En este intervalo de tiempo, el cancerbero andaluz disputó sus primeros minutos en la competición ante Manchester United y Arsenal. Pese a caer derrotados en ambos encuentros, Adrián tuvo dos grandes actuaciones, realizando frente a los Red Devils la que hasta hoy es la mejor parada de la temporada. Inexplicablemente volvió de nuevo al banquillo, siendo el meta finés el elegido para los partidos ante dos rivales directos en la lucha por la permanencia, West Brom y Fulham, contra los que apenas pudieron sacar un pobre empate.
Sin embargo, todo comenzó a cambiar para el equipo debido a dos factores determinantes: el regreso de Carrol después de varios meses de ausencia por lesión y la titularidad de Adrián bajo palos. Allardyce le dio las llaves de la portería al andaluz frente al Cardiff y la respuesta de éste no pudo ser mejor: puerta a cero y victoria ante el cuadro galés.
Desde ese día la progresión de The Irons y del propio Adrián ha sido espectacular. En las últimas seis jornadas, en las que el 13 se ha convertido en indiscutible, han sumado 13 de 18 puntos posibles, logrando sendos triunfos ante Swansea, Aston Villa, Norwich y el ya citado frente al Cardiff. Entre medias también consiguieron un meritorio empate contra el Chelsea, colocando al equipo en la zona templada de la clasificación con un margen de cuatro puntos con respecto a los puestos de descenso.
El protagonismo del arquero español durante esta racha triunfal ha sido vital. Acumula cuatro partidos consecutivos imbatido (Clean Sheets para los ingleses), destacando sobremanera la soberbia actuación ante el equipo de Mourinho, en la cual realizó una serie de intervenciones milagrosas que sirvieron para arañar un punto importantísimo.
Con tan solo catorce partidos disputados con la elástica del West Ham, se ha convertido en uno de los ídolos de la hinchada de Green Street. Es uno de los jugadores favoritos de la afición y prueba de ello es que fue elegido en la web del club como Jugador del Mes de Enero con un 63% de los votos.
La paciencia, el esfuerzo y el trabajo duro siempre dan sus frutos y por eso, hoy, Adrián es el muro del West Ham.
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