Con el final de las ligas europeas, y el Mundial a la vuelta de la esquina, los equipos celebran los éxitos cosechados a lo largo del año y lamentan los fracasos del mal trabajo cometido en la temporada. Tanto para volver a repetir un año de gloria como para superar los malos baches del último curso, el verano es tiempo de rumores de fichajes para reforzar a las plantillas. Muchos de ellos viajarán al Mundial de Brasil a triunfar con su país, y también a revalorizarse de cara a un futuro traspaso.
Los grandes equipos de Inglaterra hacen bien fijando su interés en Adam Lallana. La estrella del Southampton se ha ganado a pulso, a base de buen fútbol, un billete a Brasil, bien premiado por Roy Hodgson. El ex equipo de Mauricio Pochettino ha cautivado a la Premier League y ya son muchos los equipos que llaman a la puerta preguntando por Luke Shaw, Rickie Lambert o el propio Lallana, lo que puede provocar un desmantelamiento en el club del sur de Inglaterra. Un club del que es canterano, al igual que Theo Walcott, Oxlade-Chamberlain o Gareth Bale, pero que a diferencia de estos, llevó a su equipo a la Premier League tras dos ascensos consecutivos, debutando ante el Manchester City con el brazalete de capitán.
A diferencia de las otras estrellas salidas de la cantera de “The Saints”, Lallana no es tan rápido como ellos. Ha mejorado físicamente, llegando a ser un jugador muy veloz, pero sobre todo destaca su agilidad mental. El 20 del Southampton sabe leer bien el juego, y sobre todo es muy bueno: técnicamente es un prodigio. Esconde el balón, lo enseña a un lado para irse por el otro, conduce a máxima velocidad con el balón pegado al pie… Es una delicia verle sobre un campo de fútbol. Si bien se le suele ver partiendo desde el costado izquierdo, su teórica posición inicial, realmente se mueve por todo el frente de ataque, ya sea en ambas bandas o por el centro, para ponerse en contacto con el esférico. Conduce para trazar la diagonal por dentro y buscar el disparo con su pierna buena, la derecha. Aunque luego agarra el balón con la izquierda y ya no sabes cual es su pierna dominante:
Con un gran golpeo de balón, fuerte y preciso, suele probar fortuna desde lejos. No necesita mucho tiempo ni espacio para mandar un latigazo, ya sea con la zurda o con la diestra, lo que le permite anotar tantos de muy bella factura. Si tiene que presionar al rival, no duda en ponérselo difícil, lo que le facilita aprovechar el mínimo fallo para salir lanzado a la portería contraria.
Tiene visión para dar el último pase, así como para atacar los espacios con desmarques de ruptura a la espalda de los defensas:
Aunque su zona de influencia es el ataque, es frecuente verle bajar hasta su campo para salir con el balón jugado. Indistintamente en las bandas o por el centro, Lallana es una vía principal para oxigenar el juego del equipo, aunque esté rodeado de adversarios. Incluso puede ser una alternativa a bajar balones aéreos, aprovechando que su físico ha ganado fuerza en musculatura, alejado del liviano jugador que era en sus inicios:
Realmente cuando ves jugar a Lallana, te das cuenta de que es un jugador diferente. Lo mejor es verlo en vídeo, en las mejores jugadas que ha dejado en esta campaña que ha finalizado hace nada:
Con 26 años, Adam Lallana está en el mejor momento de su carrera. Afrontará su primer Mundial con Inglaterra, y después parece que dará el salto que en el terreno de juego ha demostrado que está preparado para dar. Múltiples equipos están interesados en él, como el Tottenham de Pochettino, su ex entrenador. Pero quien parece haberse adelantado en la carrera por hacerse con sus servicios, es el Liverpool, perfilando su proyecto para la Champions. Veremos si Lallana cambia de aires, o continúa en el equipo de toda su vida. Lo que está claro, es que está llamado a hacer grandes cosas. Uno de esos jugadores por los que merece la pena pagar una entrada: Adam Lallana.
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