Tarde o temprano tenía que llegar. La derrota es algo que siempre está a la vuelta de la esquina esperando, escondida, para así poder sorprender cuando menos la esperas
Tras el partido he leído todo tipo de comentarios, lo normal en días como hoy, y lo normal en cualquier partido. Cuando terminan los 90 minutos nos lanzamos a las redes sociales, a las páginas de los periódicos para comentar, para compartir nuestras impresiones. Y así es que se ve una gran cantidad de contrastes.
Por un lado estaban los pesimistas, esos que ya piensan que el Dépor va a jugar mal a partir de ahora, que lo visto ha sido únicamente un espejismo y que lo vamos a pasar mal. El extremo está en los que creen, y así lo afirman, que encadenaremos una racha de derrotas que nos alejará de los puestos de ascenso directo.
Por otro lado siguen los que piensan únicamente con el corazón, los que a pesar de la derrota siguen diciendo que el ascenso ya está conseguido, que esto ha sido un simple tropiezo, pero que la semana que viene todo volverá a ser lo de siempre y que conseguiremos, nuevamente, igualar la racha de victorias consecutivas.
Entre medias están los que buscan excusas, los que dicen que la derrota ha sido provocada únicamente por el árbitro, que ha sido el causante de que la racha sea “solo” de nueve victorias. Paralelos a este grupo, están los que dicen que el árbitro no influyó y que el equipo se ha buscado este resultado con su primera mala parte.
Diferentes formas de leer un partido y de valorar lo sucedido durante el partido, durante los 90 minutos. Tiempo que cada uno interpreta según cree conveniente, que cada persona valore lo sucedido. Tiempo de sacar conclusiones y de ver que es lo que ha fallado, de que se ha hecho mal hoy para que no vuelva a suceder.
Lo cierto es que tarde o temprano iba a llegar la derrota y que de ser así, “no está mal” que haya sido en esta jornada. Los resultados de nuestros competidores (a la espera del partido entre Almería y Celta) ayudan a que esta derrota no sea más sangrante, a que sea un tropiezo y no un tropezón.
Una derrota que tiene que servir como piedra de toque al equipo. El estar haciendo historia, el conseguir superar rachas no significa que podamos ganar sin bajar del autobús. La Segunda División es muy larga y muy complicada y hoy se ha demostrado. Ningún rival lo va a poner fácil, y mucho menos cuando viendo como está la clasificación de apretada (por arriba y por abajo).
Es por eso que el equipo tiene que salir al 100% en todos los partidos, luchar desde el primer minuto, buscar el balón y jugar para conseguir la victoria. Se podrá perder, pero por lo menos hay que sudar la camiseta.
¡Forza Dépor!
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