Una de las normas que generan más polémicas en el mundo del fútbol es el fuera de juego. Polémica e injusta. Es completamente imposible que un asistente acierte siempre a la hora de aplicar esta norma por pura cuestión fisiológica. La vista humana no es capaz de fijar dos puntos distintos del terreno de juego con total precisión en un ínfimo espacio de tiempo, lo cual conlleva que un linier no será capaz de ver al jugador que efectúa el pase y al que se desmarca en carrera al mismo tiempo. Un estudio realizado por el Doctor Belda así lo demuestra.
Mientras uno ve la cabeza del delantero adelantada por cinco centímetros y suelta un “¡fuera de juego claro!”, el aficionado del equipo rival alega un “están claramente en línea”. Y todo ello después de ver seis repeticiones y media desde cuatro ángulos distintos, parando la imagen cinco veces por segundo y desde la comodidad de la banqueta del bar. El problema llega cuando las personas que corren detrás del balón te llaman “linier”, lo cual será lo más bonito que escucharás en los siguientes 90 minutos, y tienes que decidir en cuestión de milésimas de segundo si dejar seguir la jugada o no, llevándote la bronca del estadio aunque la jugada no acabe en gol. Te exigen que hagas algo realmente imposible.
En el estudio realizado por el doctor Francisco Belda Maruenda, médico murciano unido al equipo de su ciudad, queda demostrado que una persona no puede atender al punto del que sale el esférico y al movimiento del jugador adelantado al mismo tiempo. Es algo imposible para el ojo humano. El estudio iniciado en 1991 y del que se han hecho eco durante los últimos años varias revistas científicas bajo distintos títulos (todos ellos recogidos en su web personal, en un post bajo el nombre de Proyecto Fuera de Juego), pone en duda la efectividad de esta regla, incluso pidiendo que se anule. Personalmente, me parece un extremo demasiado extremo, valga la redundancia, pero sí que deberían implantarse medidas para mejorar la efectividad del linier. El problema reside en que las altas tecnologías nunca fueron demasiado amigas del fútbol, pues se acabarían los debates, las “punto pelotadas” y los “villaratos” o “platinatos” varios, y eso parece no gustar a los jefes.
A todas estas estadísticas frías, debemos añadir la presión que sufre el linier ante un estadio repleto (y también medio vacío, como sucede en la Liga Española), teniendo que tomar una decisión que incluso puede decidir el destino de una competición, sobre todo si se trata de la final de una gran competición, llámese Mundial, Eurocopa o UEFA Champions League, donde en caso de error puedes incluso llegar a recibir amenazas de muerte, pues no hay que olvidarse de casos como el de Tom Henning Ovrebo, quien temió por su vida después de la semifinal que enfrentó a Chelsea y Barcelona hace un par de años (el fútbol no evoluciona y hay algunos individuos que prefieren ser como el fútbol a tener sentido común), o incluso casos de árbitros que ante la presión optan por el suicidio, como sucedió hace apenas meses en Alemania (caso Babak Rafati).
Cualquier persona bajo tal presión baja su rendimiento en cualquier ámbito o deporte, salvo genios bajo apellidos ilustres, como Van Nistelrooy, por poner un ejemplo azaroso y que no tiene nada que ver con las preferencias futbolísticas de un servidor. Si ya en la teoría es imposible para un ser humano acertar el 100% de las veces cuando existe fuera de juego y cuando no, en la práctica se vuelve todavía más complicado debido a factores externos al sentido de la vista en sí.
A modo de conclusión y buscando un poco de comprensión en el lector, habitual consumidor de fútbol, no juzguéis al juez juzgador, juzgad al mandamás de este espectáculo llamado fútbol, quien no quiere ayudar a que se acaben los errores de los linieres y árbitros con la introducción de la tecnología en el deporte rey. Está claro que el fuera de juego es la causa de muchas injusticias del fútbol, desde la última polémica del Barcelona hasta la del próximo fin de semana del Real Madrid, pero no se toman medidas para que se acaben los errores a la hora de aplicar esta norma.
Los únicos cambios que ha sufrido esta regla a lo largo de los últimos años se limitan a determinar si el linier debe levantar el banderín cuando el jugador hace un atisbo de intentar coger el esférico o si no es necesario ni que se mueva. La medida propuesta por el doctor Belda me parece exagerada, pues el fuera de juego es una regla completamente necesaria, pero sí que hace falta una modificación en los estatutos del fútbol. El fútbol involuciona mientras el resto de deportes van adaptando las ayudas tecnológicas de forma paulatina para acabar con las injusticias. Va siendo hora de acabar con la injusticia del fuera de juego, mientras tanto, El Fútbol es Injusto.
6 Comentarios
Es imposible el cien por cien de efectividad con el fuera de juego, es cierto, pero (sin entrar en el tema de la tecnología) ¿qué lo es en el fútbol? ¿Hay algún delantero que te garantice el 100% de acierto? ¿O un portero que te pare partido tras partido el 100% de los disparos entre palos?.
No entiendo la pasión por ‘desnaturalizar’ el fútbol a través de la eliminación de los errores. En un futuro se podría plantear el cambiar a los árbitros por robots con el reglamento en su disco duro.
Deja que el fútbol genere sentimientos a través de los fallos, ché.
Un saludo
De acuerdo con tu opinión, compañero. Si es que no parece tan difícil tener al cuarto árbitro con un monitor para que ayude al árbitro principal en las jugadas polémicas, yo particularmente no creo que se interrumpiese demasiado el juego. Pero no, ahora ya tenemos a los árbitros de área y dentro de poco tendremos más árbitros que jugadores en el campo. Eso sí, los errores no desaparecerán mientras alguien no se atreva a dar el paso de incorporar la tecnología.
@Miquel No me parece que guarden relación los ejemplo que propones. Un jugador está claro que puede ser mejor o peor a la hora de definir de cara a puerta, así como un portero puede ser mejor o peor en un mano a mano, pero en esos casos no estamos hablando de normas del fútbol. El fuera de juego es una regla y, como tal, debe aplicarse de la forma más justa y tratar de evitar errores. Véanse casos como el uso de las repeticiones en la NHL o del «ojo de halcón» en el tenis (este segundo, personalmente, creo que no le resta emoción al mundo de la raqueta, sino todo lo contrario). En definitiva, las normas están para aplicarlas correctamente y con esta es imposible acertar tanto en la teoría como en la práctica. Y si no se está haciendo bien, debería intentar mejorarse. Un saludo!
Muy interesante tu reflexión sobre el fuera de juego. Es cierto que la dificultad de poder indicar fuera de juego en todas las acciones es real, pero te aseguro que cuando se está «ahí abajo» en un encuentro de la alta competición tienes que tratar de «jugar con el reglamento» y te aseguro que la mayoria de jugadores no lo conocen, peor aún ni les interesa, por lo que no pueden «sacar ventajas».
@José Luis
Estoy completamente de acuerdo con lo que comentas. Es más, hay jugadores de primera división que me atrevería a decir que desconocen completamente el reglamento. Aún así, y esto es una opinión personal que se desvía bastante del tema del artículo, creo que hay árbitros que también desconocen al menos un parte del reglamento (o que la FIFA lía demasiado las normas). Respecto al fuera de juego, comentas que puede ser difícil acertar, yo añado, tal y como comento en el artículo, que me parece realmente imposible. La tecnología se me hace necesaria.
Un saludo!
El fiera de juego ni siquiera es una medida necesaria, ni idea de quién se inventó semejante tontería, es una regla que obstruye el juego mismo, el fuera de juego es totalmente antideportiva. No sé por qué dicen que eliminar el fuera de juego sea algo radical cuando mas bien es lógico, de sentido común.