Hoy voy a recordar a una de esas selecciones que aunque no fue capaz de ganar ningún título llevaba camino de hacer historia. Yugoslavia, futbolísticamente hablando, todavía duraría unos años tras la guerra de los Balcanes pero la Yugoslavia de los primeros 90 fue la última que incluyó a futbolistas croatas de nacimiento. Siempre se cuenta la anécdota de que esta selección, tras ganar su clasificación parala Eurocopa 92, fue descalificada a causa del conflicto bélico y que los jugadores daneses acudieron a Suecia directamente desde la playa, sin concentración previa ni nada parecido. Después, como sabéis, acabaron ganando la competición. Mientras, la selección Plavi también había llegado a Suecia y cuando solo faltaban 10 días para el comienzo de la fase final todavía tenía esperanzas de jugar.
Pero la historia de esta selección comenzaba 5 años atrás, cuando en el mundial juvenil de Chile de 1987 los Prosinecki, Boban, Suker y compañía ganaban el título imponiéndose a Alemania. Poco a poco varios miembros de ese equipo iban llegando a la selección absoluta, les pilló un poco pronto el mundial de Italia 90, donde eliminaron a España y pusieron entre la espada y la pared a Argentina, pero en 1991 por fin varios de ellos alcanzaron la gloria al ganar la Copa de Europa con el Estrella Roja. Por entonces la selección yugoslava ya empezaba a deslumbrar y tenía muy encarrilado su pase a la fase final de la Eurocopa. Precisamente fue el 16 de mayo de 1991 la última vez que los Plavi jugaron un partido oficial con futbolistas croatas en sus filas, día en que golearon a las Islas Feroe. Los Ivkovic, Prosinecki, Jarni, Boban, Suker, Vulic o Jozic no volverían a la selección, pese a lo cual Yugoslavia ganó a finales de 1991 los dos partidos que le quedaban y logró el pase a la fase final.
Resulta un poco increíble hoy en día que durante 6 meses no estuviese claro si esta selección iba finalmente a jugar o no en Suecia pero como podéis ver en las notas de prensa del 29 y 30 de mayo del 92 (la Eurocopa comenzaba el 10 de junio) los balcánicos estaban concentrados y pensando todavía que iban a participar. Sinceramente, sin los jugadores croatas y con la mente puesta en los acontecimientos que se sucedían en su país dudo mucho que hubiesen hecho un buen papel pero siempre me ha quedado la duda de qué hubiese pasado si toda esa generación (especialmente de serbios y croatas) hubiese tenido la oportunidad de enfrentarse a las potencias de entonces (Holanda y Alemania sobre todo).
Y es que su técnico, el bosnio Ivica Osim, hubiese tenido todo un plantel de estrellas a su disposición para su 1-5-3-2. Cierto es que los guardametas no eran nada del otro mundo, Tomislav Ivkovic era el titular y Fahrudin Omerovic el suplente hasta que los croatas dejaron de acudir a la selección, momento en que pasó a la titularidad. Pero ya dentro de los zagueros había gente de mucho nivel, en una época donde todavía estaba de moda jugar con líbero el veterano Faruk Hadzibegic comandaba la línea defensiva mientras que Miroslav Djukic ya empezaba a maravillar en La Coruña y se perfilaba como su sustituto. Los centrales solían ser el pintoresco Predrag Spasic (mítico su gol en propia meta contra el Barça) y Davor Jozic, muy buen futbolista, lo recuerdo como muy peligroso por arriba en sus incorporaciones al ataque. También contaba el ex del Valladolid Ilija Najdoski, especialista en repartir leña a destajo. Ciertamente faltaba un acompañante de nivel para Jozic, quizás este era el gran lunar de aquella selección. Los carrileros, en cambio, eran de lo mejorcito del momento. Zoran Vulic (ex del Mallorca) era indiscutible por la derecha mientras que por la izquierda ya empezaban a despuntar Robert Jarni y Sinisa Mihajlovic, quizá dos de los mejores carrileros zurdos que se recuerden.
Pero si miramos al mediocampo nos daremos cuenta de que estábamos ante la selección con el fondo de armario más completo de la época. Dado que era habitual que uno de los centrales (o el líbero) se incorporasen a esta zona con frecuencia, realmente solo había 3 plazas para centrocampistas puros en el once titular. Dragan Stojkovic, el hombre que nos amargó el mundial de Italia 90, tenía por entonces problemas con las lesiones pero para junio del 92 ya estaba recuperado y seguramente hubiese paseado su enorme calidad técnica por los campos suecos. Robert Prosinecki era técnicamente extraordinario pero es cierto que en esta época prometía más de lo que finalmente fue, un jugador que abusaba de la conducción y el regate. Dejan Savicevic, por su parte, era talento y magia en estado puro. Lo descubrí también en aquel fatídico partido de octavos de final en Italia 90 y no dejo de recordar las palabras de Alfredo di Stéfano comentando para TVE aquel partido en directo (“al que hay que frenar es al 19”, obviamente el 19 era Savicevic). Para mí era el mejor de todos, con una inteligencia y una zurda fuera de lo normal también el Barcelona lo sufriría en la final de la Champions del 94. En el siguiente vídeo podéis ver al Savicevic de aquella época en todo su esplendor jugando un amistoso contra Suecia.
Pero dando por sentado que estos 3 fuesen los titulares, había mucho más. Srecko Katanec era un jugador que equilibraba, daba más consistencia al mediocampo y también tenía llegada. Mehmed Bazdarevic, sin tener la calidad de sus compañeros, favorecía el funcionamiento colectivo del mediocampo. Zvonimir Boban y Vladimir Jugovic fueron otros dos típicos productos de la cantera yugoslava, algo fríos pero con una calidad técnica enorme, Branko Brnovic (ex del Espanyol) era de los pocos destructivos al 100% y Slavisa Jokanovic (ex de Oviedo, Tenerife y Depor) imponía su enorme presencia en mediocampo. Como veis, se podrían formar hasta 3 o 4 combinaciones de futbolistas de primer nivel.
Pero si el centro del campo era espectacular no lo era menos la delantera. Por entonces era indiscutible Darko Pancev, que después no cuajaría en Italia pero que durante esta etapa mostraba un olfato de gol verdaderamente asesino. Lo normal es que su acompañante fuese un veterano, generalmente Zlatko Vujovic, que ya había disputado el mundial 82. Pero esperando su oportunidad estaban dos cracks en ciernes, nada menos que Davor Suker y Pedja Mijatovic, ambos habían entrado ya en algunas convocatorias y, de hecho, Mijatovic figuraba en la convocatoria oficial de la euro 92.
Realmente era un grupo de jugadores que suponían una revolución en el fútbol de selecciones, tenían ese descaro y esa irreverencia tan propias de la juventud pero adornadas con una calidad técnica muy llamativa en aquellos años, donde en Europa solamente Holanda apostaba por el fútbol arte. Ver a Stojkovic o a Savicevic arrancar por el centro era el preludio de que podía pasar algo grande, la calidad técnica de Prosinecki o el apetito voraz de Pancev de cara al gol hacían a esta Yugoslavia una selección absolutamente especial. Lamentablemente apenas pudimos disfrutarla, por entonces no teníamos las facilidades que tenemos en la actualidad para seguir los partidos internacionales y solamente ver los goles de alguno de ellos en un telediario ya era todo un logro.
Yo personalmente esperaba con muchas ganas que pudieran jugar aquella fase final, solo por ver a Savicevic creo que valía la pena. Pero no pudo ser, los problemas políticos se impusieron esta vez al fútbol y Yugoslavia, como dice esta nota de prensa del 3 de junio del 92, se tuvo que volver a casa. Los aficionados al fútbol nos quedamos sin ver a una selección irrepetible, algunos de cuyos miembros triunfarían después con Croacia en el mundial de Francia 98 pero que 6 años antes podían perfectamente haberse llevado el título europeo.
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