El delantero del CSKA de Moscú se está destapando en esta fase de grupos como un gran goleador. En tres jornadas ha anotado cuatro goles. Dos al Lille (valieron para conquistar un punto de oro) y otros dos al Trabzonspor en la victoria del equipo ruso por 3-0 en la tarde del martes. Sólo le faltó mojar ante el Inter en la derrota sufrida en el Luzhniki por 2-3.
Este delantero nacido hace 23 años en Costa de Marfil (concretamente en Yamoussoukro el 31 de diciembre de 1987) se está postulando como sucesor de Didier Drogbá, el gran delantero del Chelsea. Doumbia es un delantero rápido, fuerte y potente que lleva el gol en la sangre. No para de moverse durante todo el partido buscando constantemente los desmarques, siendo un incordio continuo para los defensas. Físicamente no es muy corpulento, mide 1,78, pero no rehúye la pelea ni el choque con el más fortachón de los defensas, y suele salir victorioso. Mejor con el pie derecho que con el izquierdo tiene su punto débil en los remates de cabeza, aunque ya ha marcado más de un gol debido a su capacidad para anticiparse al defensa.
Vivió una infancia difícil, donde la miseria y la calle fueron sus compañeros habituales. Con 12 años ingresó en el Conservatoire Inter FC. Olivier Koutoua, presidente del equipo, es una figura clave en la vida del joven Seydou. Cuando se entera que no puede ir a la escuela y que se dedica a vender pañuelos para llevar algo de dinero a su casa decide apadrinarlo y arrancarlo de las garras de la pobreza, llevándolo incluso a vivir con él.
Con 16 años ingresa enla Academiade Jean-Marc Guillou de Abidjan, lugar donde se forjaron grandes jugadores de Costa de Marfil como los hermanos Touré, Salomón Kalou, Eboué, Romaric o Gervinho. Durante estos años juega cedido en varios equipos como el Athlétic d’Adjamé (2ª división) y el Toumodi FC. Sin embargo no es feliz en la Academia. Encuentra un ambiente bastante hostil y su protector, Olivier Koutoua, decide sacarlo de allí. Con 17 años lo envía al Denguele, un club mediano de la primera división. Allí comienza a demostrar que no se trata de un jugador cualquiera. A pesar de comenzar como suplente acaba como máximo goleador de la liga.
Evidentemente tanto los grandes clubes de su país como equipos franceses tales como el Lille, Guingamp o Niza (siempre atentos a los jugadores de este país) comienzan a interesarse por sus servicios. Los clubes franceses le ofrecen pasar una prueba en Francia. La burocracia se lo impide al no conseguir el visado a tiempo. Esta circunstancia le lleva a jugar un partido amistoso en Japón, donde si pudo entrar, anotando tres goles. Impresionados por su actuación los dirigentes del Kobe quieren ficharlo de inmediato. Sin embargo el joven Seydou quiere volver a su país para pedirle consejo a su benefactor. Los agentes, que veían como se les podía escapar el negocio, no le permitían salir del país. La tensa situación duró un par de días hasta que Olivier Koutoua logró que le dejaran volver.
Los japoneses quedaron tan prendados del chaval que los dirigentes del Kashiwa Reyson viajaron a Abidjan para ficharlo. Después de mucho insistir consiguieron finalmente que aceptara, era la temporada 2006-07. Todo cambiaba en la vida de Seydou, un país con unas costumbres totalmente diferentes a lo que había vivido hasta ahora le esperaban. Tampoco lo tuvo fácil en Japón. Poco importaba, estaba acostumbrando a pelear por sus sueños y ya había vivido momentos peores. El técnico del Kashiwa, todo un lince, no contaba con él. Jugaba muy poco y después de temporada y media calentando banquillo pidió que le dejaran ir a otro equipo. Como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer, no querían cederlo a ningún competidor de la primera división, enviándolo al Tokushima Vortis, un pequeño club de la segunda división nipona.
Doumbia vuelve a disponer de minutos y no los desaprovecha. Anota siete goles y es decisivo a la hora de salvar al equipo del descenso. Sus actuaciones no pasan desapercibidas en su país natal y es llamado por primera vez a la selección, iniciando una carrera que lo ha llevado a disputar el Mundial de Sudáfrica 2010, donde jugó un partido. Todo comienza a ponerse de cara para el joven Seydou. Al final de la temporada 2007-08 finaliza su contrato con el Kashiwa. Los japoneses querían renovarle, a buenas horas mangas verdes, pero Seydou les dice que no y se va a Suiza.
Thierry Doubai, ex compañero suyo en Costa de Marfil, le convence para que se vaya a jugar con él al Young Boys. Otro cambio radical en su vida. Y como siempre con comienzos difíciles. Pronto los supera y acaba convirtiéndose en el máximo goleador del torneo con 20 goles en 32 partidos, y eso que salía casi todos los partidos desde el banquillo. Una buena marca que convierte en vulgar la temporada siguiente. Doumbia se convierte en un espectáculo continuo y anota 30 goles en 32 partidos, consiguiendo nuevamente ser el máximo goleador del torneo. Además fue elegido mejor jugador del campeonato las dos temporadas.
Las ofertas se le agolpan a la puerta y después de su segunda temporada en Suiza decide cambiar de aires. Lo quieren en Francia y Alemania. Finalmente se inclina por la oferta del CSKA de Moscú. Un club que disputa la Liga de Campeones y que le permitirá dar un pasito más en su carrera. La temporada pasada disputa media campaña y anota 5 goles en 11 partidos. Y en esta ya va lanzado. Ha anotado 16 goles en 25 partidos, encabezando la tabla de goleadores junto al delantero del Zenit Aleksandr Kerzhakov.
Ahora el sueño de Seydou Doumbia pasa por seguir creciendo en el CSKA y jugar algún día en el Chelsea. Algo que estoy por apostar que conseguirá vista su natural habilidad para sortear dificultades y cumplir sus objetivos.
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