El 2 de julio del 2000 se disputó en Rotterdam, Holanda, la final de la Eurocopa entre Italia y Francia. Los galos consiguieron su segundo título a nivel continental, dos años después de haber logrado su primera Copa del Mundo disputada en su país, en 1998; de esta manera se convirtieron en la primer selección que consiguió el Mundial y la Euro de manera consecutiva. El gol de Oro logrado por David Trezeguet desató la locura en la tierra de los tulipanes. En la final de la Eurocopa de Holanda – Bélgica del año 2000 (primera con dos sedes) se encontraban dos estilos opuestos de juego futbolístico: por un lado el conocido Catenaccio, de la mano esta vez del mítico Dino Zoff. Por el otro lado, el fútbol más dinámico, más físico y más elegante de la mano de Roger Lemerre y su mejor generación de jugadores que ha dado la historia del fútbol francés: Zinedine Zidane, Trezeguet, Sylvain Wiltord, Didier Deschamps y Laurent Blanc (estos dos últimos se retiraron al día siguiente de la consecución de este título). ¿Cómo llegaron? Italia conformó el grupo B de este certamen junto a Turquía (el otro equipo clasificado del grupo), Bélgica (el otro anfitrión) y Suecia. Puntaje perfecto para la Azurra tras vencer 2-1 a Turquía con goles de Antonio Conte y Filippo Inzaghi, mientras que Okan Buruk igualaba transitoriamente el marcador; victoria 2-0 frente a los organizadores con goles de Francesco Totti y Stéfano Fiori; finalmente la tercer victoria fue 2-1 frente a Suecia, con goles de Luigi Di Biagio y Alessandro Del Piero para la Azurra, igualó por unos minutos Henrik Larsson. En cuartos de final tuvo un partido accesible frente a Rumania, al que derrotó por 2-0 con goles de Totti e Inzaghi . La semifinal lo emparejó ante Holanda, al que pudo derrotar recién en la instancia de penales por 3-1 atajando Francesco Toldo le atajó el penal a Paul Bosvelt. Por su lado, Francia integró el grupo D junto a Holanda (local y clasificado primero), República Checa y Dinamarca. Los dirigidos por Lemerre finalizaron con 6 puntos en el segundo lugar, merced a los triunfos por 3-0 frente a Dinamarca (goles de Thierry Henry, Laurent Blanc y Sylvain Wiltord) y 2-1 frente a República Checa (goles de Henry y Youri Djorkaeff para el ganador, Karel Poborsky puso en ventaja parcial a los checos). En la última jornada sufrió la derrota por 3-2 ante la Oranje, partido que definió las posiciones de clasificación; Cristophe Dugarry abrió el marcador, Patrick Kluivert igualó las acciones, David Trezeguet volvió a poner al frente a los galos, en el segundo tiempo Frank De Boer igualó las acciones y Boudewijn Zenden puso las cifras definitivas del marcador. En los cuartos de final se enfrentó a España, selección a la que derrotó por 2-1 con goles de Zinedine Zidane y Djorkaeff, mientras que Gaizka Mendieta igualó las acciones transitoriamente de penal. Idéntico marcador en semifinales para superar a Portugal, con goles de Henry y Zidane estrenando para Les Bleus el Gol de Oro, mientras que Nuno Gomes puso en ventaja a los lusos.
Formaciones
El partido
Y llegó la prórroga, y aquí Francia se aprovechó del derrumbe del modelo italiano y apretó el acelerador. A los 103 minutos, en una acción en la que los italianos realizaron un mal despeje a la banda izquierda, tomó el balón Robert Pires, eludió a Cannavaro, llegó hasta la línea de fondo y envió el centro, Nesta no pudo rechazar y la pelota le llegó a David Trezeguet, sorprendiendo con un potente lanzamiento de volea que hundió a Toldo, ante la atónita mirada de la defensa italiana, y además haciendo el delantero de la Juventus un paso hacia atrás para quedar solo y sin marca. Era el Gol de Oro que, al igual que en las semifinales ante Portugal, lo decidía todo.
La selección francesa era campeona de Europa por segunda vez en su historia, lo que supuso la culminación al éxito tras el título de campeones del mundo. Fue un partido que demostró que en fútbol muchas veces las victorias las deciden los pequeños detalles y el factor suerte. Los hombres del mítico Dino Zoff, taciturnos y cabizbajos, perdieron la Eurocopa en un par de minutos.
Sin lugar a dudas, la figura del torneo fue Zinedine Zidane. El mago de la Juventus se echó el equipo a la espalda y brilló cual galaxia lejana en el equipo nacional que era bastante mejor que el de Aimé Jacquet. Zizou partía desde de la banda, conduciendo el balón hasta los tres cuartos de cancha, rodeado de un aura etérea que protegía el balón de los vanos intentos rivales por arrebatárselo. Delanteros que dieron el gran salto en el Mundial de 1998 como Henry y Trezeguet se consagraron en este torneo en el que ya eran más maduros. Tití por ser el máximo goleador de la selección y Trezegol por el tanto decisivo que llevó la copa a las vitrinas galas. Darían mucho que hablar en los años sucesivos y se convertirían en dos de los arietes más cotizados en Europa. Tras la victoria, Blanc y Barthez se dirigieron a la zona donde se concentraban los aficionados bleus para reeditar el ya clásico beso en la cabeza.
Goles: 55′ Marco Delvecchio (ITA), 94′ Sylvain Wiltord (FRA), 103′ David Trezeguet (FRA).
Curiosidades:
- Cuatro parejas de hermanos disputaron el torneo: los ingleses Gary y Phil Neville, los holandeses Frank y Ronald de Boer, los suecos Patrick y Daniel Andersson y los belgas Emile y Mbo Mpenza.
- Todos los equipos del Grupo D habían ganado con anterioridad la competición o, en el caso de la República Checa, habían formado parte de un país que lo había logrado.
- 17 años después de que un tanto de Michel Platini clasificara a Francia a la gran final en detrimento de Portugal, un penal transformado por Zidane en el minuto 117 repitió la historia. Además, ese torneo fue el primero que ganaron los franceses a nivel continental.
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