Durante unos días todos miramos en la misma dirección: Paseo de la Castellana, esquina Concha Espina. Estadio Santiago Bernabéu, capital del fútbol mundial este fin de semana.
El Real Madrid ha marcado diez goles en los dos últimos partidos y el FC Barcelona intentará hacer todo el daño posible. Tras no haber ganado la competición dual a la que estábamos acostumbrados, ambos se han reforzado, han hecho los deberes y se han concentrado para brillar más que su rival en un encuentro que, además, supone el ansiado debut de Luis Suárez tras la sanción que acarreaba desde el Mundial.
Ambos equipos están de récords, y sus principales estrellas quieren seguir aumentando su contador personal a base de goles en la portería contraria. El último Clásico terminó con un marcador de 4-3 y, a día de hoy, Cristiano Ronaldo ha marcado 15 goles: los mismos que Neymar y Messi juntos (ocho y siete, respectivamente). No hace falta decir mucho más, llegamos a uno de los Clásicos más igualados de los últimos años y ambos quieren empezar a marcar diferencias.
Pero… ¿cómo sería la vida sin este enfrentamiento? Manuel Vázquez Montalbán, escritor catalán y fanático del fútbol, responde a esta pregunta en su libro Fútbol. Una religión en busca de un Dios.
Una tercera parte del mismo está dedicado al capítulo «Barça-Real Madrid: enemigos necesarios», en el que hace un repaso de absolutamente todo lo que os podáis imaginar: Cruyff, Van Gaal y Guardiola por las filas blaugranas; Zidane, Figo y Di Stéfano por parte de los blancos. Es aquí donde Vázquez Montalbán se plantea la importancia de un Madrid-Barça, porqué deben existir y porqué son enemigos necesarios:
“Inimaginable un mundo, por muy global que sea, donde no existiera el enfrentamiento Real Madrid-Barcelona, duelo único en su género que resume casi todas las arqueologías del Espíritu del Estado Español, desde el desastre de 1898 hasta el almuerzo de Aznar con Duran i Lleida en el verano de 1995 (…) El enfrentamiento entre el Real Madrid y el Barcelona ha sido la válvula de escape de la irreconciliable antipatía consensuada entre Madrid y Barcelona, auténtico banco de malas leches históricas que nos ha distraído de abismales radicalidades (…)
La verdad es que los jugadores de uno y otro equipo se quieren y se consultan las cláusulas de recisión todas las mañanas. También percibo que los seguidores interpretamos un papel convencional, como quien juega a moros y cristianos. Sólo un instinto de higiene mental y social adquirido por lo borde que ha sido la historia de España nos empuja a seguir fingiendo que nos jugamos la razón de ser. Y es que, si no, igual nos montábamos otra guerra civil”.
Y es que, aunque no seas de ninguno de los dos, aunque no te guste demasiado el fútbol, aunque seas de los que hablan de 22 tíos corriendo detrás de un balón… Sabes, sabemos, que es sin duda la válvula de escape de la que hablaba Vázquez Montalbán.
El libro se publicó de manera póstuma, pues Manuel Vázquez Montalbán falleció en 2003 en el aeropuerto de Bangkok. Su hijo, Daniel Vázquez Sallés (Barcelona, 1966), escritor y periodista, decidió reunir todos los borradores que su padre había guardado en su portátil, los recopiló y los publicó bajo el nombre de Fútbol. Una religión en busca de un Dios.
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