Filipe Luis y el poder de la mente

Dani Navedo - Vivimos en una época en la que para triunfar, no llega con trabajar tan solo el aspecto físico, sino que el factor psicológico juega también un papel importante. En deportes individuales la fortaleza mental es algo fundamental, como comprobamos en tipos como, por ejemplo, Rafa Nadal, quizás el mayor exponente en este sentido. Pero también en un colectivo, el estado anímico influye de manera sustancial en el rendimiento general del equipo, no en vano, estamos disfrutando de un Barça casi imparable (aunque es mal momento para hablar de esto), mientras que cada año vemos como equipos prácticamente descendidos logran una victoria y entran en una dinámica positiva, con una moral muy alta, que les lleva, en ocasiones, a lograr el ansiado objetivo de salvarse.

Pero hoy no me centraré en el aspecto moral de los equipos, aunque el partido de ayer entre Inter y Barcelona daría mucho jugo en este sentido, con un Mourinho superlativo una vez más y un Guardiola, como mínimo, criticable. Sino que me gustaría hablar de un hombre que se lesionaba hace tres meses, rompiéndose junto con su peroné las esperanzas de su técnico, de su presidente y, sobretodo, de sus aficionados. Lejos de venirse abajo, las primeras palabras que pudimos leer de este brasileño muy gallego eran tan esperanzadoras que parecía haber sufrido una leve sobrecarga en lugar de una fractura, pues todavía no podía ni andar y ya estaba pensando en volver a los terrenos de juego. Por supuesto, el futbolista del que estoy hablando no es otro que Filipe Luis Kasmirski.

En el día de ayer los medios de comunicación nos sorprendían con la noticia de que, tras pasar menos de tres meses, Filipe ya se entrena con normalidad con el equipo. No hay que olvidar que tras su fractura de peroné acompañada de luxación de tobillo, los médicos le daban un mínimo de cuatro meses de baja que se podían ver alargados hasta los seis si surgiese algún problema. Sin duda el aspecto físico, el trabajo diario, ha sido importante en esta pronta recuperación del lateral izquierdo deportivista, pero seguro que tan o más transcendental ha sido la moral, la fortaleza psicológica que el brasileño ha demostrado tener, sin perder la sonrisa un solo momento y pensando en todo momento en volver a jugar con su equipo. Un personaje especial, pues no son muchos los que pueden «presumir» de haberse dejado sus sueños en un gol, pues no hay que olvidar que la desafortunada acción que le llevaría al hospital, acabó en un tanto que daría la vuelta a un partido realmente malo del Dépor.

Algunos han optado por llamarlo «milagro», sin embargo, soy de los que piensa que esos milagros nunca llegan solos, sino que hay un trabajo increíble detrás de ellos. Un trabajo, que al final da sus frutos. Filipe Luis sufrió un golpe tremendo cuando estaba posiblemente en el mejor momento de su carrera y cuando quizás gran parte de sus sueños estaban a punto de hacerse realidad, lejos de tumbarle, la bofetada le ha reforzado, como decía Lotina en rueda de prensa: «Ahora mismo, lógicamente, no está para jugar, pero hoy, cuando acabó el entrenamiento, me ha dicho: míster, ¿no hay más?« Filipe ha vuelto con ganas de demostrar que sigue siendo el mismo y que se merece más que nadie ir al Mundial, porque no había ni hay en el mundo, mejor lateral izquierdo que él.