Dani Navedo - Cuando me disponía a ver el Deportivo-Tenerife de ayer por la tarde, no tenía la esperanza de ver un partido vibrante, intenso y con ocasiones para ambos equipos, sino un choque entre dos equipos bien organizados en el que un solo tanto podría decantar la balanza hacia un lado o hacia el otro. Viendo el resultado final de 3-1, se puede imaginar un encuentro distinto, donde tanto mi previa como la del resto estaban equivocadas y en el que ambos equipos tuvieron sus oportunidades. Sin embargo, el marcador tan solo refleja el acierto de un equipo y la falta de puntería del otro.
«Atasco» es la palabra que mejor define el choque de ayer en Riazor, junto con «puntería». Con el Deportivo de por medio, lo normal habría sido que ese «atasco» (llámese también «pocas ideas en ataque») hubiera sido por la buena posición de los hombres de Lotina, pero ayer no fue el día de la defensa blanquiazul. En lugar de ver un línea sólida, se podía observar en muchas ocasiones una línea curva, con la que tirar el fuera de juego era imposible. Las ayudas no eran tan intensas como en otras ocasiones y el Tenerife, a base de insistir, acababa creando alguna ocasión suelta, aunque Aranzubía tampoco tenía que intervenir demasiado. Falta de tensión, falta de motivación, falta de respeto hacia el rival… se puede llamar de muchas maneras, pero defender con la vista no suele ser eficaz, por lo que los ayer visitantes se pusieron por delante gracias a un gran gol de Juanlu con un disparo cruzado ante el que nada pudo hacer el meta deportivista.
El Deportivo todavía no se había presentado y el Tenerife lo aprovechó. La mala suerte en forma de un despeje que le caería a Guardado, acabaría en el empate tras un balón que el mexicano pondría en la cabeza de Juan Rodríguez, quien fusilaría de Aragoneses. Sin hace nada y en su primer disparo, los locales habían empatado el partido. El gol animó a los jugadores de Lotina y más con ganas que cabeza, empezaron a acercarse a la meta rival, pero faltaba clarividencía en el medio campo. Las caídas hacia las bandas de Adrián López eran más peligrosas que las de Bodipo, pero nadie acompañaba desde atrás para aparecer por el hueco que el delantero había dejado y encontrar la cabeza de un compañero en medio de tres del rival, suele ser complicado.
Antes del descanso, cuando rondaba el minuto 35, llegaba la primera sustituación del partido. El cambio fue la entrada de Valerón al campo por Bodipo, con el consecuente cambio de formación. Dudas y más dudas. ¿Porqué fue el cambio? El delantero no daba síntomas de estar lesionado… ¿Fue por el mal rendimiento de Bodipo? Cierto que el hispano-guineano nunca ha sido el preferido de Lotina y el partido del Dépor estaba siendo realmente malo… ¿Pero cambiarlo tan pronto no sería un poco precipitado? El cambio de sistema era necesario para intentar reactivar al equipo, pero… ¿No podía esperar al descanso para no «señalar» a Bodipo? La sorpresa llegó en la rueda de prensa posterior al partido, cuando Lotina decía: «Fue fallo mío, era para el descanso y no por él, pero alguien tras el gol me dijo que Bodipo estaba mareado. Le pido perdón públicamente porque fui yo el culpable, se enfadó con razón». Con Lassad ya disponible y Adrián López como titular casi indiscutible, puede que no volvamos a ver demasiado a Bodi, aunque desde luego, después de este cambio tan extraño, veremos con que cara le dice el técnico de Meñaka a Rodolfo Bodipo que se queda en el banquillo en el siguiente partido…
Mientras tanto, sobre el campo, el «Mago de Arguineguín». Esperanzas de poder ver algo de fútbol del bueno. Sin embargo, el primer balón que le llega a Valerón, no lo controla, lo pierde y el Tenerife se encuenta con una defensa rival descolocada. Un buen pase y Nino se queda mano a mano con un Aranzubía que, una vez más, salva al Deportivo. Se terminaba la primera mitad con un Bodipo sensiblemente enfadado por su inexplicable cambio y con un Dépor que ni con Juan Carlos parecía carburar. El augurio no era bueno. Riazor estaba frío, un sábado más, y la extraña sustitución no hacía más que aumentar la tensión y las dudas. La defensa no era sólida, en el medio campo ni Antonio Tomás ni Juan Rodríguez eran capaces de distribuir el balón, Guardado y Pablo Álvarez estaban desaparecidos, mientras que Adrián López hacía lo que podía, pero nadie es capaz de desmarcarse para crear huecos y aprovecharlos al mismo tiempo.
Empezaba la segunda parte y el Tenerife seguía teniendo la posesión, pero el Dépor tenía al fin un ancla entre los medio centros y el ahora único delantero. Valerón, sin estar haciendo uno de sus mejores partidos, daba sentido a todo el ataque del Deportivo. Balón para el «Mago», desmarque de Pablo Álvarez que arrastra a dos defensas y hace bascular al lateral, dejando un hueco para que aparezca Adrián López, Valerón lo ve y mete un pase impecable, preciso, bombeado, que roza el pie del rival y llega a la bota del compañero con dulzura. Adrián se lía y un rival toca el balón, pero por ahí llegaba Guardado para soltar un zurdazo cruzado desde fuera del área ante el que nada puede hacer Aragoneses. El Dépor remontaba gracias a un chispazo de Valerón y a que, ayer, entraba todo. Dos de dos.
Pasaban los minutos y el partido no había cambiado para nada. El Tenerife lo intentaba, pero, aún ante una defensa no demasiado sólida, no conseguía percutir. Mientras tanto, Valerón seguía distribuyendo a un lado y al otro, dando una salida fácil a cada balón que tocaba. En un saque de esquina llegaría el tercer tanto de los locales, con Colotto demostrando una vez más que tiene un gran talento en ataque, ya que no solo sabe rematar bien de cabeza, sino que también sabe disparar con fuerza y precisión. 3-1 en el marcador, ventaja demasiado abultada para un equipo que había tirado tres veces por dentro de los tres palos y momento ideal para dar minutos a alguien que los necesita después de un tiempo sin jugar: Lassad. No dejó ningún detalle, pero en este partido lo importante era ir entrando de nuevo en la rutina. Esperemos que esta vez vuelva para quedarse y podemos disfrutar de ese talento con el que nos maravilló a todos en sus primeros pasos en la máxima categoría del fútbol español.
Le tengo un gran aprecio a Lotina. Me parece un técnico magnífico, que tiene las ideas claras y no se deja influenciar por lo que los demás dicen. Lo que está haciendo este año con el Deportivo es para quitarse el sombrero y parece que va a tener que aguantarnos una temporada más, por lo menos, pues está a punto de renovar. Como todo técnico y persona, no es perfecto, y tiene sus errores y sus aciertos; pero algo que no logro entender, es que no aproveche los últimos destellos del gran Juan Carlos Valerón. Cada vez que salta al campo, le da sentido al Dépor. Le pone al medio campo esa cordura que todo equipo necesita. Además, no hace falta ser un genio para darse cuenta de que, aún estando muy limitado en el aspecto físico, puede jugar al cien por cien al menos 45 minutos. Como siempre han dicho los mas cercanos a Juan Carlos: «Si se quejase un poco más, podría haber llegado a lo más alto… pero entonces no sería Valerón»
2 Comentarios
Partido muy flojo, primera parte desastrosa, suerte que Guardado estuvo inspirado.
Saludos desde Que bello es el futbol
Dos atlistas le dieron el triunfo al Dépor: Guardado y Colotto.
Excelso resumen.