En un maravilloso reportaje -uno de tantos- de Gaby Ruiz para Fiebre Maldini, Paco de Miguel, preparador físico del Napoli, definía el estilo de los equipos de Rafa Benítez como un sistema basado en el «principio del orden», equipos «muy rápidos y veloces». En la primera mitad de la temporada, basándose en esa idea, la afición de Nápoles se dejó llevar por la facilidad con la que su tripletta atacante lograba traspasar la línea de gol. Una racha que, a medida que la competición maduraba, perdía color debido a que las ocasiones ya no surgían con tanta soltura. Los espacios parecían reducirse y los rivales aprendieron a adaptarse a la verticalidad del Napoli.
Benítez entendió perfectamente que Behrami, Inler y Dzemaili formaban un llanto en contra de la clarividencia en la fase creativa. Por eso apostó por Jorginho en el mercado de invierno, quien solucionó gran parte de los problemas del equipo. Sin embargo, ahora es Ottmar Hitzfeld, seleccionador se Suiza, quien se topa con el mismo problema. Pero el técnico alemán no podrá contar con Jorginho, ni con otro jugador que se asemeje al perfil playmaker del talentoso brasileño, por lo que Hitzfeld tendrá que convivir con el problema que tanto ha pesado en el Napoli durante todo 2013. Su solución no ha sido otra que viajar a Brasil con el triunvirato napolitano, con todo lo que ello significa.
Entonces, ¿qué será de Suiza en Brasil?
A los suizos les gusta correr. Su intención sobre el césped es clara. De ahí que ayer un equipo como el jamaicano se encontrara tan cómodo sin balón. Jugadores como Lichtsteiner y Ziegler (suplente en realidad) en los laterales, Shaqiri y Mehmedi en las bandas y Seferovic (apunta también a la suplencia) en la punta, se alimentan de espacios. El ataque posicional (imagen) es deficiente y por mucho que Xhaka intentara bajar desde la mediapunta, la velocidad del balón cuando pasa por el carril central parece reducirse una marcha.
En el segundo tiempo, interpreto que por orden del seleccionador, Shaqiri participó con mayor fuerza en el juego interior para romper con la desesperación del público que ayer se acercó a Lucerna. Posteriormente, con la entrada de Gelson Fernandes (por el propio Shaqiri), parecía evidente que existía tal carencia creativa. Como ocurriera tantas veces en Nápoles en esta y otras temporadas, el aficionado, sin tener en cuenta el resultado, no deja de estar incómodo sabiendo que entre la defensa y la delantera falta un cable de unión.
Por otro lado, Hitzfeld tampoco tiene a su «Higuaín». No existe un delantero fiable que pueda fabricar un gol de la nada. Los números de sus delanteros es otro gran problema. Prueba de ello es el porcentaje de gol de sus delanteros (o «nueves», mejor dicho) en la fase clasificatoria, que es mínimo (en negrita):
J1 Eslovenia-Suiza: Xhaka, Inler
J2 Suiza-Albania: Shaqiri, Inler
J3 Suiza-Noruega: Gavranovic (1)
J4 Islandia-Suiza: Barnetta, Gavranovic (1)
J5 Chipre-Suiza (0-0)
J6 Suiza-Chiore: Seferovic (1)
J7 Suiza-Islandia: Lichtsteiner (x2), Schar, y Dzemaili
J8 Noruega-Suiza: Schar (x2)
J9 Albania-Suiza: Shaqiri, Lang
J10 Suiza-Eslovenia: Xhaka
Derdiyok y Gavranovic fueron los principales artilleros aproximadamente hasta la quinta-sexta jornada. Desde entonces, Seferovic y Drmic encontraron cabida en el once inicial de Suiza. Éstos últimos, muy jóvenes, llegan al Mundial con temporadas dispares; el primero arrancó ilusionando a la grada de Anoeta y terminó firmando su peor temporada. Mientras que el segundo se ha disparado hasta alcanzar los 17 goles en la Bundesliga con el descendido Nurenberg.
Pero no todo son malas augurios. Suiza tiene dos muy buenos carriles y suficiente talento individual para alcanzar los octavos de final. Tienen motivos para impresionar en Brasil. En este sentido, que compartan grupo con Francia puede ser hasta positivo. Sabiendo del déficit en el repliegue del equipo de Deschamps, las llegadas y el potente disparo frontal de Dzemaili o Inler puede ser arma suficiente para complicar el pase a los galos. Sin embargo, también habrá que ver cómo se las arreglan los centroeuropeos ante selecciones con una línea tan baja como Honduras y Ecuador, con quien, a priori, se jugará la segunda plaza del Grupo E.
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