El regalo de un tulipán blanco equivale a perdón, arrepentimiento por errores cometidos en un tiempo pasado que buscan redimirse en un futuro muy cercano. En el banquillo de Old Trafford apareció uno hace escasas semanas con ese objetivo, redimir de errores pasados con buenos actos en el presente y por supuesto en el futuro. Alguien quiso poner fin a un despropósito de ideas y decidió obsequiar a la ciudad de Manchester con aquel tulipán blanco, que no es ni más ni menos que la llegada de Louis van Gaal.
El holandés llega como redención a los errores de la anterior temporada, apostando por el técnico equivocado, por no elegir una opción que tuviera un mayor número de garantía posible, por aquella sensación de quizás dejar demasiado al libre albedrío el cargo de una sombra demasiado alargada como era la de Sir Alex Ferguson. Van Gaal es un caballo ganador, un enfermizo estratega de la victoria máxima, un hombre perfectamente disciplinado que llega para ejercer una jerarquía mayúscula en un asiento que se mostró demasiado huérfano el curso pasado. No viene a hacer amigos, pero no dudará en tender la mano a quien lo necesite. Sonreirá lo justo y necesitará una infinidad de bolígrafos para apuntar en su libreta todos los razonamientos posibles con el objetivo de mejorar lo mejorable, de perfeccionar lo que parezca perfecto.
Manchester respira tranquila a partir de ahora, sabe que estará en buenas manos, que habrá pocos esperpentos y que tendrán que ruborizarse lo mínimo frente a la derrota. Perder ya no será lo habitual, perder volverá al diccionario de los equipos que ellos miren desde arriba. Las farolas volverán a bizquear sinuosas la vuelta de aquellos paseantes triunfales en el regreso de su jornada liguera, volverán los abrazos y los besos pasionales al ocaso del día acompañados de una buena pinta y una bufanda roja. Picadilly Gardens, su epicentro más neurálgico, respirará un acento holandés, algo que al barrio bohemio le encantará, la idea de impregnarse de nuevas culturas es algo que seducirá de la forma más romántica, cultural y futbolística a sus habitantes.
Un tulipán blanco ha llegado a Old Trafford, como el regalo más precioso de todos en el fin de la primavera, seguro que cuando ruede el balón de nuevo bajo la imponente alfombra verde muchos tendrán la sensación que llueve menos en la ciudad… En sus corazones.
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Manchester United enmienda el erro de Moyes con Van Gaal.