Se acabó. Parece que ya no se podrá decir que Inglaterra es el país en el que respetan y dejan trabajar a los entrenadores. Que, a diferencia de en España o Italia, el resultadismo no es tan extremo, y se deja trabajar con proyectos largos. Eso ya se ha acabado. Como la etapa de David Moyes en el Manchester United.
Reconozcámoslo: la papeleta que tenía el ex entrenador del Everton era dificilísima. Sin tener en cuenta si el objetivo era entrar en Champions (20 años después, no disputará la Liga de Campeones) o pelear el título. Se trataba de reemplazar a un icono. Al mejor técnico de la historia del club. A un hombre catalogado de “Sir” y que da nombre a una de las gradas del mismísimo Old Trafford. Ferguson llevaba dirigiendo a “los Red Devils” 26 temporadas. No han dejado ni terminar una a su sucesor, elegido por el mismísimo “Sir” Alex. La herencia que le había dejado el mítico entrenador escocés a su compatriota, no era precisamente rica. Una plantilla desgastada con el paso de los años, unos centrales venidos a menos, la falta constante de un centrocampista organizador, etc.
Cierto es que Moyes ha cometido sus errores. En verano se trajo del Everton a última hora a Fellaini. No era el perfil que necesitaban “los diablos rojos”, por muy bien que hubiera rendido bajo sus órdenes en Goodison Park. Aunque el belga declarara que quería jugar en el centro del campo, era cerca del área (posición ocupada por Rooney, a quien no se le iba a desplazar) donde había maravillado a la Premier League. Además, si lo hubieran fichado antes, habría salido más barato. También es cierto que no fue su primera opción, pues es bien sabido que quiso hacerse con los servicios de Thiago o Cesc, operaciones que no llegaron a fructificar. En invierno llegó Juan Mata, quien también tenía ocupada la posición donde mejor ha rendido, la mediapunta de Wayne Rooney. Pero el fichaje del español se entiende como una oportunidad de mercado que había que aprovechar.
David Moyes comenzó con buen pie, ganando la Community Shield al Wigan. Dio oportunidades a un joven Januzaj, quien sorprendió y encandiló a todos por igual (y le salvó el cuello en algunos partidos). Durante el tramo final de temporada, la joven promesa ha perdido protagonismo en el equipo, sin saber muy bien los motivos. Con Moyes, el indiscutible mejor jugador del club, Rooney, renovó su contrato hasta el 2019, sueldo millonario de por medio. Moyes ha tenido que ver cómo el goleador Robin Van Persie se ha pasado la mayor parte del tiempo lesionado. Perder sus goles no le ha facilitado el trabajo.
Ni David Moyes es el mayor culpable del pobre año del Manchester United, ni es un genio que lo ha hecho todo bien. Parte de culpa tiene en el rendimiento de una plantilla que necesita una reestructuración. Con un contrato de 6 años de duración, es despedido a falta de cuatro partidos, en los que no se juega nada, y habiendo pasado por situaciones peores durante la temporada. No se le ha dado el tiempo que su contrato prometía. Se le ha pedido que alcanzara la gloria nada más llegar, en unas situaciones que no eran las más favorables. Giggs ocupará el banquillo de forma interina. En verano buscarán nuevo técnico. El baile de nombres ya ha comenzado (con Van Gaal a la cabeza), pero quien llegue, sabrá que en el Manchester United, la paciencia se fue con “Sir” Alex Ferguson. Ya no les queda.
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