Hoy conoceremos a los dos primeros cuartofinalistas de la UEFA Champions League, y el duelo del Calderón es por lejos el más interesante de la jornada.
No hay mañana para los perdedores, a partir de hoy quien no dé la talla se va a su casa con las manos vacías y el corazón lleno de desilusión. Esa es la suerte que toca vivir en el torneo más importante de Europa a nivel de clubes. La vuelta de los octavos de final nos ofrece un menú invertido, con el plato fuerte de primero y luego un sinfín de entradas frías, hasta llegar al postre final que representa el partido de Stamford Bridge. Los resultados de la ida fueron prácticamente veredictos finales donde los favoritos hicieron gala de su condición para despachar a sus rivales. La excepción que confirma la regla fue el Manchester United que cayó 2-0 en Piraeus, comprometiendo seriamente la clasificación.
Antes de enfocarnos en lo que nos interesa, ese plato principal que degustaremos en el Vicente Calderón, debemos dedicarle unas pocas palabras a los demás encuentros que, si bien no fueron sorprendentemente emocionantes, sí nos ofrecieron entretenimiento. Como ya mencioné, los favoritos dejaron clara la diferencia que hay entre la élite europea y los demás, quienes llegaron a estas instancias dando lo mejor de sí, pero de aquí en adelante los niños deben quedarse en casa y dejar jugar a los adultos, la cosa se puso seria.
Las goleadas a domicilio de PSG, Bayern München, Barcelona, Borussia Dortmund y Real Madrid, junto a la victoria (única) local del Olympiacos dejan un total de 6 duelos sellados de cara a los ¼ de final. El empate del Chelsea en Istambul no es garantía de clasificación, como no lo es ningún resultado en el fútbol, pero ese gol de visitante pesa como un martillo sobre los hombros de un Galatasaray que deberá subir mucho su nivel si quiere sacar petróleo de Stamford Bridge, un castillo donde el líder de la Premier League tiende a castigar a los usurpadores. El caso del Manchester United tiene mucha tela para cortar, meritorio de un artículo propio donde se pueda analizar con detalle la profundidad de sus problemas, pero basta decir que el futuro es cada vez más feo en Old Trafford.
Finalmente, volvemos al punto de inicio, el partidazo a orillas del Manzanares. El Atlético Madrid, entre los 3 mejores equipos de España, recibe al AC Milan que navega por aguas medias en la tabla de la Serie A. El partido jugado en San Siro nos dejó el único resultado donde la diferencia entre ambos equipos fue apenas un gol, y lo visto en el campo fue un fiel reflejo del marcador, justito pero coherente. Hay un escalón de diferencia entre ambos equipos, suficiente para separarlos pero al mismo tiempo frágil, tanto que un empujón lo podría igualar.
Resumiendo, el Milan exprimió sus limitados valores dentro del campo pero no le supo sacar provecho en el marcador, a pesar de crear suficientes ocasiones de gol para asustar el rival. Por su parte, el Atlético aguantó un primer tiempo donde recibió bastantes golpes directos al mentón pero ninguno lo hizo caer a la lona, y en el complemento supo ajustar la estrategia para anular la ofensiva rival, creando así unas pocas ocasiones de gol que bastaron para quebrar la frágil defensa italiana. Mérito a Simeone que supo leer el partido en el intervalo y corregir el posicionamiento de sus jugadores para cubrir los espacios donde se filtraban los ataques milanistas. Mérito también a sus muchachos por mantener la compostura ante la presión de Kaká y compañía, sin ceder un gol que hubiese complicado todo, y mayor mérito a Diego Costa, una vez más sobresaliente aprovechando una mala cobertura defensiva del Milan y una pésima salida de Abbiati para marcar un gol que vale oro.
Nos preguntamos ahora qué tipo de partido veremos en el Calderón. Quien menos argumentos tiene es seguramente Clarence Seedorf. El nuevo entrenador del conjunto rossonero ha hecho magia con sus jugadores y ha sacado lo mejor de lo que ha podido en poco tiempo, pero el techo de esa plantilla es muy bajo y basta un pequeño salto para golpearse con la cabeza. Tuvo poca fortuna en la ida pues sus muchachos no acertaron los disparos que lograron crear, además de perder dos piezas fundamentales como De Sciglio y Balotelli a causa de lesión, algo que mermó le ya de por sí bajo potencial del equipo. Lesiones aparte, el planteamiento ofensivo sorprendió al Atleti durante 45 minutos y es de esperarse que lo repita hoy, cruzando los dedos para que alguno de esos disparos con efecto de Kaká se cuele detrás de Curtois.
El Milan debería salir con un 4-3-2-1 bastante elástico, conformado por Abbiati en la puerta, De Sciglio, Rami, Bonera y Emanuelson en defensa; Poli, De Jong y Essien en la media, Taarabt y Kaká en la media punta, y arriba Super Mario Balotelli. La elasticidad a la que me refiero se encuentra en la posición de los jugadores que van por banda ya que en fase defensiva repliegan unos metros para conformar un 4-4-1-1 similar al del Atleti, con Essien que cubre la zona izquierda y Poli la derecha. La mayor parte del tiempo podremos ver a Emanuelson en paralelo con la línea de centrocampistas, efectivamente dejando a Essien como su guardaespaldas en una función de lateral izquierdo improvisado.
El problema de Seedorf es que Urby Emanuelson no es un lateral nato y su potencial ofensivo sobrepasa con creces su posicionamiento defensivo. Evidencia de esto se pudo apreciar en el partido del Friuli el pasado sábado cuando el Udinese derrotó al Milan por la mínima. Según la prensa que sigue los entrenamientos del club, es posible que Clarence regrese a De Sciglio a la banda izquierda y deje la derecha a Abate, sacrificando la zurda desequilibrante de Emanuelson por la derecha educada de De Sciglio, un jugador polivalente que domina ambos perfiles.
En la previa de la ida mencioné que uno de los factores principales en la ofensiva del Milan era la capacidad de Balotelli para enfrentar a los defensores centrales, así como las subidas de Poli, quien cae entre líneas desde la derecha, y los explosivos disparos de Kaká desde media distancia. Sin embargo, algo con lo que no contaba yo (y creo que tampoco Simeone) fue la electricidad de Taarabt en las cercanías del área rival. El marroquí encara al defensor cada vez que puede con su talento y la mitad de las veces logra superarlo, desequilibrando la ordenada estructura del 4-4-2 colchonero. De sus pies podría nacer la ocasión que le dé el gol de la esperanza al conjunto rossonero, y Simeone aprendió la lección muy bien como muestran los cambios del segundo tiempo en San Siro.
El Cholo se dio cuenta que Mario Suárez y Gabi estaban sufriendo demasiado la superioridad de hombres milanistas en las inmediaciones del área, algo semejante a lo que hizo el Real Madrid en el doble duelo de Copa del Rey (con las diferencias evidentes de potencia ofensiva entre blancos y rossoneri), y esta vez remedió pasando a un 4-3-3 que, siendo más ofensivo en teoría, le sirvió en la práctica para reforzar defensivamente el mediocampo. La pieza clave fue Raúl García quien, desde la media punta, bajó unos metros para ubicarse entre los mediocentros Mario y Gabi, creando una línea de 3 que bloqueó el carril central por donde aparecían Kaká y Balotelli. En esta formación nueva, Koke y Arda hacen doble trabajo en cobertura y transición, gastando mucha más energía pero ofreciendo un mejor rendimiento colectivo, algo que Diego Costa notó de inmediato.
Pensando en el duelo de esta noche, y asumiendo que Seedorf no modificará mucho su guión, pues el posible cambio de Emanuelson por De Sciglio no cambia el dibujo táctico, es lógico que Simeone tenga en mente la duda de si aplicar ese 4-3-3 de inicio o si probar con el 4-4-1-1 habitual para guardarse el as bajo la manga en caso e necesidad. El once probable del Atleti sería el mismo de la ida con la inclusión de Filipe: Curtois; Juanfran, Miranda, Godín, Filipe; Koke, M. Suárez, Gabi, Arda; R. García y D. Costa. Si fuese el caso de usar el 4-3-3, la presencia de Diego Ribas no estaría descartada del todo en el once inicial pues el Cholo mencionó algunos cambios respecto al equipo que ganó ante el Celta el fin de semana. El Guaje para mí está descartado pues su ingreso dejaría a Raúl García en el banquillo, y no creo que sea Villa el jugador adecuado para hacer el trabajo de sacrificio particular que describí previamente .
Las piezas están sobre la mesa y queda solamente ver si se comportan de acuerdo al guión previsto. Todo lo que no sea un milagro clasificará al Atlético, y ese milagro es justamente la esperanza que le queda a un fiel rossonero como yo para este duelo. Yo imagino un partido tenso como el de la ida, con ocasiones para ambos equipos y posiblemente un empate 1-1, el mismo resultado que esperaba ver en San Siro. Un empate semejante clasificaría al Atleti, para gusto del Sabio de Hortaleza esté donde esté. Lo único seguro es que suceda lo que suceda al final de los 90 minutos, la fiesta estará asegurada en el Calderón. Que ruede la pelota.
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