El fútbol es emoción. Son sentimientos a flor de piel. Da igual el momento, competición o partido que sea. Cuando descubres a un jugador totalmente desconocido para ti, y realiza una buena actuación, se te queda grabado. No olvidas su nombre, y si no lo sabías, haces todo lo posible por descubrir como se llama ese jugador que te ha encandilado. Te quedas con su dorsal, edad, posición… y, desde ese momento te comprometes a seguir sus pasos. Esto me ocurrió a mí durante los últimos meses de 2011
Competición: Copa Sudamericana. Mi situación: era mi primer año en la universidad, y debido a que tenía el turno de tarde, podía ver los partidos de madrugada de esta competición. No tenía ninguna predilección, más bien era por ver algo a la espera de coger el sueño. Llegados a las semifinales, leí que en el Vasco da Gama había un defensor central espléndido: Dedé, el capitán. Actualmente milita en el Cruzeiro, yo esperaba verle ya en Europa, pero todavía tiene tiempo. El caso es que me dispuse a ver la semifinal entre los brasileños y la Universidad de Chile, de quienes también había recibido buenas referencias. La eliminatoria, como toda la fase final, fue a ida y vuelta. La actuación del central fue buena, correcta, dejando una buena impresión, pero nada fuera de lo normal. Quien me encandiló fue el dorsal número 17 de los chilenos. Quería ser protagonista, pidiendo el balón, moviéndolo por el campo, desmarcándose, muy rápido. Me entró por los ojos, y entonces oí su nombre: “Varguitas”. Así lo llamaba Mito Sanchís, junto a Axel Torres los comentaristas de las “noches golfas” de GolTV. Además de enamorarme de esa primera impresión, su diminutivo me encantaba. Mucho mejor llamarle así que Eduardo Vargas, su nombre completo. En la ida, empate a uno, y en la vuelta en Chile, 2-0 para los locales, que pasaban a la final. Los goles: Gustavo Canales (otro nombre que me guardé) y Varguitas, quien había salido ganador en el duelo particular con Dedé que yo estaba esperando. Se acababa el torneo, y al ser una final, había que verla, sobre todo por el número 17 de los chilenos.
A priori, el cartel de la final no era tan atractivo. Sorprendentemente (al menos para mí), los ecuatorianos de la Liga de Quito, se habían plantado en la final. He de reconocer que aún hoy no guardo ningún recuerdo de ese equipo. Mi cerebro, al menos la parte futbolística, solo estaba centrado en los chilenos. Solo los había visto en dos partidos de semifinales, pero no me había hecho falta más para que fuera con los de la “U”. Recuerdo a Rojas, defensa y capitán, el carismático Aránguiz, no paraba quieto en el centro del campo, y al ya mencionado Canales, el punta. Pero Varguitas era mi ojito derecho de ese equipo. Seguido muy de cerca por Jorge Sampaoli, actual entrenador chileno, y en ese momento míster del conjunto chileno. Muy de la escuela de Marcelo Bielsa. El partido de ida, en Quito, fue muy competido. Pero al filo del descanso ¡gol de la U de Chile! Y Mito Sanchís gritaba: “¡Varguitas!”. ¡Quien si no!, no podía faltar a la cita. Recibió en la frontal un pase para, con una facilidad muy tranquilizadora, superar al guardameta rival y marcar a placer. Eduardo Vargas fue MVP del partido, y con 0-1 se llegó al partido de vuelta. 6 días después, en el Estadio Nacional de Santiago de Chile, la fiesta estaba preparada, el ambiente era increíble. Sí, la renta era mínima, solo un gol pero no podían chafar la fiesta, la coronación de Varguitas. Había que aguantar el, casi con total seguridad, arreón inicial de los ecuatorianos, era lo que a mí más me preocupaba. Pero en el minuto 3 ¡gol de la U de Chile! Y Mito Sanchís gritaba: “¡Varguitas!”. ¡Qué fenómeno!. El 17 ponía 2-0 la finalísima, con un gol al filo del descanso en la ida, y otro nada más empezar la vuelta. No hay mejores ejemplos de eso que llaman goles psicológicos. El resto del partido fue un “quiero y no puedo” de los de Ecuador, hasta que al final del encuentro, Canales y, otra vez Varguitas, ¡pero que bueno es!, cerraban el partido con un 3-0. La Universidad de Chile ganaba la Copa Sudamericana del 2011. Esperé a que le dieran su merecida medalla al 17, que levantara el trofeo que se había ganado tan merecidamente (máximo goleador de la competición, y designado mejor jugador) y me fui a acostar, pensando en que equipo europeo recalaría el chileno.
El Napoli fue su destino, muy acertado me pareció a mí. Allí podía formar un trío demoledor con Cavani y Lavezzi, dos sudamericanos que se habían adaptado muy bien a Italia. Sin embargo, muy injustamente para mí, no le dieron muchas oportunidades. Se fue cedido al Grémio brasileño, y no le pude volver a ver jugar. Pero seguía sus progresos. Hasta que en este invierno ¡Varguitas cedido al Valencia! Por fin podría jugar con frecuencia en Europa, y lo que es mejor: yo podría verle cada fin de semana. Sus inicios están siendo buenos, con asistencias y goles en sus tres primeros partidos. Dice que quiere quedarse, y yo lo celebraría. Puede que al final no haga una gran carrera en el mundo del fútbol, pero para mí, Varguitas siempre será esa sensación, ese descubrimiento en una Copa Sudamericana hace tres años. Lamenté no haber visto antes a la U de Chile y el magnífico torneo que realizó Vargas, y hoy en día, cuando por culpa de los madrugones no puedo ver fútbol sudamericano, me pregunto si me estaré perdiendo una sensación como la que tuve hace 3 años… esa que me produjo Varguitas
2 Comentarios
Gran artículo. Esa Universidad de Chile era increíble,la actual Chile,tiene la base de ese equipo,con el toque especial del gran Sampaoli más otros grandes jugadores. En cuanto a Vargas,su campaña con la U fue impresionante,su fichaje por el Napoli no fue acertado,Mazzari su entrenador en ese momento,reconoció que no lo conocía y no le dió nunca la confianza suficiente que cualquier jugador necesita,jugaba muy poco y difícilmente iba a destacar de esa forma. En Gremio tuvo un gran nivel y tiene una gran reputación en Brasil,estuvo cerca del Santos o Sao Paulo pero finalmente llegó al Valencia,pedido expresamente por Pizzi (ex entrenador de la Universidad Católica) por lo que ha sufrido al propio Vargas en contra y sabe de lo que es capaz. Espero que con confianza,demuestre en España que es un grandísimo jugador. Con la selección estamos muy contentos,con el,ha sido súper importante y tenemos una gran delantera con el y Alexis. Un saludo y tienes buen ojo en haberte fijado en fútbol chileno,aquí hay mucho talento pero no tenemos tanto renombre como Brasil o Argentina,pero tiempo al tiempo.. Jaja esperemos que le vaya muy bien a «Varguitas».
Muchas gracias a ti por dedicarle parte de tu tiempo al artículo, Diego
Sin duda, la Chile actual «bebe» mucho de esa U que tan buen fútbol mostró hace 3 añitos. Y Sampaoli, muy fetiche, a mí es que me encanta. Encima «Bielsista» ^^
Desconocía que Mazzarri no sabía quien era cuando lo ficharon. Lo que habla muy mal de la gestión del Napoli en ese momento. Como digo en el artículo, yo creo que podría haber funcionado bien junto a Cavani y «el Pocho». Por lo menos, hasta ahora, no se ha quedado en el camino. Es que en Grémio lo hizo bien por lo que tengo entendido. Ya te digo, ahora será un placer disfrutarlo en España. Además, si encima Pizzi lo quería, mucho mejor. Y por supuesto, será obligado ver a Chile en el Mundial, no solo por estar en el grupo de España.
Lo dicho, gracias por tus palabras. El fútbol sudamericano es muy rico, no solo Argentina y Brasil. Colombia también me gusta bastante (amistades personales aparte). Poco a poco, esos «segundos comparsas» como estos dos países; Perú, Venezuela, Ecuador, cada vez mejoran el nivel. La globalidad del fútbol. ¡Dale Varguitas! jajaja
Saludos y gracias