En la temporada 2006/2007 vivimos el último gran momento europeo del AC Milan. El equipo del siempre polémico Silvio Berlusconi, dirigido por Carlo Ancelotti logró en esta temporada el que hasta la fecha es su último título de Champions League, la séptima en la gloriosa historia del equipo rossonero. Desde ahí, la cuesta abajo competitiva (menos pronunciada en Serie A) ha sido imparable.
Dida, Oddo, Nesta, Maldini, Jankulovski, Gatusso, Pirlo, Ambrosini, Seedorf, Kaká y Filippo Inzaghi. Este fue el once que dispuso el Milan en su última final europea, en la que levantaron la Champions League imponiéndose en Atenas al Liverpool de Rafa Benítez por 2-1 con goles del mítico Inzaghi. Y eso que el año anterior habían perdido a todo un Balón de oro como Andriy Shevchenko, que tomó Londres como destino para jugar en el Chelsea de José Mourinho.
Era un equipo muy sólido y experimentado, que atesoraba una cantidad de talento brutal. Desde los Nesta, Maldini, Pirlo, Seedord o Inzaghi hasta un Kaká que ganó de forma muy merecida el Balón de Oro. Y es que su temporada fue escandalosa, poniendo el broche de oro en un partido memorable de vuelta de semifinales en Old Trafford donde puso el mundo a sus pies.
No obstante, en Serie A la hegemonía del Inter era aplastante, pues –Moggigate mediante- llegaron a acumular cinco Scudettos de manera consecutiva. El Milan, un equipo muy veterano, tenía problemas para mantener la concentración y la intensidad en liga regular. No obstante, y pese al título continental, el equipo daba síntomas claros de necesitar una renovación, pues sus jugadores más importantes como Nesta, Maldini, Dida, Seedorf o Inzaghi se hacían mayores. Además, se produjo la retirada de un ilustre como Alessandro Costacurta.
Por ello, y pese a que la situación económica no era la mejor, la dirección deportiva del conjunto rossonero pescó en Brasil a una de los futbolistas más prometedores del panorama mundial, tras desembolsar cerca de 25 millones de euros: Alexandre Pato, a quien ya había sufrido el Barcelona la temporada anterior en el Mundial de Clubes. Pero en este año también comenzó una extraña política de fichajes en las oficinas de Milanello: la llegada de jugadores muy veteranos cuyos mejores partidos ya habían pasado. Al fichaje en el mercado invernal anterior de Ronaldo Nazario (con muchos problemas físicos ya en sus últimos meses en Madrid), se unieron las llegadas de Ibrahim Ba, de 34 años y de otro exmadridista como Emerson, de 31, y que había funcionado muy bien en la Juventus campeona con Capello.
El año no empezó mal del todo, pues consiguieron alzar el Mundial de Clubes tras imponerse a Boca Juniors por 4 a 2. Pero tanto en Liga como en Copa de Europa el equipo fracasó rotundamente. En Serie A, tras un año muy irregular, el equipo terminó 5º y ni siquiera logró clasificarse para la Champions League de la temporada siguiente. En Europa, tras hacer una buena fase de grupos, cayeron eliminados sorpresivamente en octavos de final frente al Arsenal. Definitivamente, se atisbaba el final de un proyecto. Y es que, el equipo seguía siendo muy veterano, a lo que se añadieron los constantes problemas físicos que sufría su estrella Kaká y que no le dejaban rendir con regularidad.
Pero pese a todo, en el verano de 2008 no hubo ninguna renovación. Es más, la base de la plantilla siguió siendo la misma, y los refuerzos más destacados fueron: Ronaldinho, que venía de dos años en el Barcelona en los que no era ni la sombra de lo que había sido, Gianluca Zambrotta, que tampoco había rendido todo lo que se esperaba de él en Barcelona (e iba camino de los 32 años), Shevchenko, que llegaba cedido de un Chelsea en donde no rindió como se esperaba, Flamini, que había hecho una gran temporada en el Arsenal, David Beckham, que llegaba cedido de Los Ángeles Galaxy en el mercado invernal (operación que se repetiría la temporada siguiente), y el suizo cedido por el Arsenal Philippe Senderos.
Con estos mimbres, el conjunto lombardo fue capaz de mejorar algo sus prestaciones en Serie A, lo que le valió para ser tercero y clasificarse para la Champions, pero siempre muy lejos del Inter de Mourinho. La Copa de la UEFA, el equipo no se la tomó muy en serio y cayó eliminado en 1/16 de final ante el Werder Bremen alemán. A final de temporada, se produjo la salida de dos emblemas del club como Carlo Ancelotti, y el capitán y jugador con más partidos disputados con esa camiseta, Paolo Maldini.
En el verano de 2009, y con Ancelotti embarcado en el proyecto’blue’ de Abramovich, el brasileño Leonardo, otro histórico del club, se sentó en el banquillo. Además de las bajas anteriormente citadas, salieron a la vez uno de los emblemas del proyecto como eran Kaká, que se marchó al Madrid a cambio de 60 millones de euros, y quien se suponía que estaba llamado a sustituirle, el francés Yohan Gourcuff, que tras varias temporadas en las que no confirmó todo lo bueno que apuntaba, salió con destino a Burdeos. Esta vez el equipo buscó jugadores jóvenes y de calidad contrastada para apostar por el futuro a medio y largo plazo del club. Así, llegaron futbolistas como Ignazio Abate, que ya había pertenecido al club y que volvía del Torino, Thiago Silva, un cotizadísimo central brasileño proveniente de Fluminese, y Klaas Jan Huntelaar, que no había tenido mucha suerte en Madrid.
Ya sin Kaká, Pato asumió las riendas del ataque milanista, y Thiago Silva comenzó a arrebatar a Nesta la condición de jefe de la zaga. Pese a todo, la temporada volvió a ser decepcionante, empezando con un durísimo 0-4 en la jornada 2 contra el Inter en el ‘Derbi della Madonnina’, que dejaba claro que esta temporada tampoco iba a ser fácil para ellos. Finalmente, finalizaron 3º en liga, cumpliendo el objetivo de entrar en Champions. Precisamente, en Champions League cayeron eliminados, siendo barridos en octavos de final ante el Manchester United.
Adriano Galliani y Silvio Berlusconi, muy disgustados por las últimas temporadas de su equipo, hicieron un fuerte esfuerzo económico para mejorar las prestaciones milanistas. En primer lugar, contrataron a un técnico joven como Massimiliano Allegri, que había hecho un gran papel en el Cagliari los dos años anteriores. Vendieron a Huntelaar al Schalke y aprovecharon las oportunidades del mercado para devolver al Calcio a Zlatan Ibrahimovic por unos 24 millones de euros. Además, contrataron a Kevin-Prince Boateng, que había dado un gran rendimiento en el Genoa, y a Robinho, a quien no le habían salido las cosas del todo bien en el Manchester City. También del Genoa trajeron a dos futbolistas que habían tenido buenas prestaciones, como Marco Amelia, el llamado a ser el sustituto de Buffon en la selección italiana, y el joven central griego Sokratis Papastathopoulos. Además, en el mercado invernal llegó procedente de la Sampdoria Antonio Cassano y Mark Van Bommel, desde Múnich.
En Serie A, el equipo se volvió a mostrar muy competitivo y volvió a levantar un Scudetto siete años después, en gran parte gracias a la aportación del tridente formado por Robinho, Ibrahimovic y Pato -14 goles cada uno-, a la solidez de su línea defensiva comandada por Thiago Silva, y a la clase de Andrea Pirlo.
Sin embargo, el equipo volvió a fracasar en Champions League, dejando patente que no quedaba ya nada de aquel experto y fiable Milan que había levantado la Copa de Europa 4 años antes, cayendo eliminado en octavos de final a manos del Tottenham Hotspur. La temporada 2011/12 se presentaba muy interesante para el Milan. Después de haber vuelto a ganar el Scudetto la temporada anterior, esperaban mostrarse por fin competitivos en Europa. Para ello, trataron de apuntalar aún más su línea defensiva, con las llegadas de Philippe Mexès desde la Roma y Taye Taiwo desde el Olympique de Marsella. En cambio, cometieron la torpeza de no renovar el contrato de Andrea Pirlo, quien salió con la carta de libertad rumbo a la Juventus, reforzando así a un rival directo en la lucha por el título. Para tratar de paliar la baja del que era su buque insignia, el equipo rossonero se reforzó con una de las eternas promesas del fútbol italiano como era Alberto Aquilani, cedido por el Liverpool. Además, llegó también para reforzar el centro del campo Antonio Nocerino desde el Palermo. En el mercado invernal, el Milan se reforzó con Sulley Muntari del Inter, y Maxi López, del Catania. Además, el trabajo de cantera seguía dando sus frutos, con jugadores como Paloschi, Zigoni, o el prometedor futbolista italiano de origen egipcio: Stephan El Shaarawy.
La temporada en Serie A fue buena para los de Allegri, pero en el tramo final no pudieron con la maravillosa Juventus de Antonio Conte y dirigida magistralmente por Pirlo. Al final, el conjunto bianconero se llevó la liga aventajando en 4 puntos al Milan, terminando ambos con más de 80 puntos y con una diferencia abismal sobre el tercero, el Udinese.
En Champions League el equipo fue 2º en fase de grupos por detrás del Barcelona de Guardiola. En octavos de final, y tras un gran partido en el Emirates eliminaron al Arsenal, pero volvieron a enfrentarse con el Barça en cuartos y, tras hacer un papel dignísimo (empatando en la ida y cayendo 3-1 en el Camp Nou), fueron eliminados. Otra vez se quedaban a las puertas de las semifinales. Pese al buen papel en ambas competiciones, otra vez volvía a terminar una temporada en blanco, algo que ya se había convertido en una triste realidad para uno de los grandes transatlánticos del fútbol italiano y europeo.
La temporada actual empezaba con un duro palo para los seguidores del conjunto lombardo. Y es que los problemas económicos por los que atraviesan les hicieron vender a Ibrahimovic y Thiago Silva, que salieron con dirección al Paris Saint Germain. Además, abandonaron el club cuatro históricos como Alessandro Nesta, Filippo Inzaghi (muy lastrado por las lesiones), Clarence Seedorf y Gennaro Gatusso. Junto a ellos, otros veteranos como Mark Van Bommel, Flavio Roma, Gianluca Zambrotta y Massimo Oddo. Además en el mercado invernal salió Antonio Cassano al Inter (y llegó en su lugar Giampaolo Pazzini), una apuesta como había sido el central Francesco Acerbi (cedido dirección Genoa) y quien había estado llamado a ser la gran estrella de futuro, Alexandre Pato (que se fue al Corinthians). Los fichajes milanistas denotan ya una clara apuesta por el futuro, pues los futbolistas que llegaron no venían ya casi de retirada, sino que se trata de jóvenes con toda una carrera por delante y con gran talento para intentar llegar a triunfar. Montolivo (27 años), otra de las grandes promesas italianas, llegó para tratar de sustituir a Pirlo, hueco que Aquilani no pudo llenar. Además, llegaron Mbaye Niang (17 años) quien ya se había destapado como un extremo muy rápido y con capacidad de desborde en el Caen, Gabriel (19 años) portero brasileño del Cruzeiro, Kevin Constant (24 años), centrocampista del Genoa (reconvertido a lateral izquierdo por Allegri) y un trabajo de cantera que poco a poco iba dando sus frutos, centrándose en la figura del muy prometedor Mattia De Sciglio. Además, llegó también Bojan (cedido por la Roma) y Nigel de Jong, centrocampista defensivo ex del Manchester City, y Cristian Zapata, central colombiano cedido por el Villarreal, que anteriormente había triunfado en el Udinese, pero que no consiguió tener un rendimiento notable en el submarino amarillo.
No obstante, el comienzo de temporada del Milan fue terrible. San Siro presentaba entradas lamentables, pues la afición había perdido toda la ilusión, acusando tremendamente las bajas de Ibrahimovic y Thiago Silva, pese al gran rendimiento del prometedor El Shaarawy, que llegó a ser durante varias jornadas el capocannoniere del Calcio. En los primeros meses el equipo estuvo coqueteando con los puestos de descenso y llegó a estar en el aire la continuidad de Allegri. No obstante, poco a poco el equipo se fue asentando y consiguió remontar el vuelo hacia mitad de temporada.
Llegados a este punto, en el mercado invernal los movimientos del equipo sirvieron para relanzar al club. Llegó Cristian Zaccardo, lateral derecho campeón del mundo con Italia en 2006, los jóvenes Riccardo Saponara, procedente del Empoli y Bartosz Salomon, central de 22 años del Brescia. Pero el movimiento clave que trajo consigo la ilusión de nuevo a San Siro fue la llegada de Mario Balotelli, por una cantidad cercana a los 22 millones de euros, desde el Manchester City. Su fichaje ayudó, y mucho, a su equipo a remontar el vuelo y alcanzar los puestos de competición europea. Actualmente se encuentra en una encarnizada puesta con el Nápoles por la segunda posición, que da acceso a la Champions League de forma directa. Eso sí, sin perder de vista a la sorprendente Fiorentina de Vincenzo Montella que llega muy fuerte desde atrás.
En la Champions League, el equipo cayó eliminado en octavos de final ante el Barcelona, tras ganarle en San Siro por 2-0, pero cayó 4-0 en el Camp Nou en la vuelta. Su participación se puede considerar algo irregular, tras quedar segundo por los pelos en un grupo compuesto por Málaga, Zenit y Anderlecht.
Así pues, pese a estos años de zozobra que no parece que vayan a terminar en un corto plazo de tiempo, el Milan puede mirar al futuro con optimismo. Una columna vertebral con futbolistas de la importancia de Ignazio Abate, el dueño del lateral derecho en su equipo y en la selección; Mattia De Sciglio, uno de los laterales con más proyección del fútbol europeo, ya internacional con Italia y reconvertido al costado zurdo, Acerbi, que tratará de hacerse con un puesto en el centro de la zaga milanista cuando vuelva de su cesión en el Chievo; el joven central polaco Bartosz Salamon que tratará de mostrar su valía en un gran club tras sus buenas temporadas en Serie B con el Brescia; y Mamadou Niang, quien ya ha demostrado que tiene nivel para competir por un puesto en este equipo. Junto a ellos, los que están llamados a liderar al Milan de esta década: Stephan El Shaarawy, futbolista ya importantísimo tanto en su club como en la selección azzurra pese a su corta edad. Y finalmente Mario Balotelli, a quien, si su cabeza se lo permite, podríamos colocar en unos años entre los mejores delanteros del mundo.
Ciertamente, parece que las cosas se están haciendo cada vez mejor, pero para que un equipo como éste triunfe no nos podemos llevar por el engaño. Si quieren volver a ser lo suficientemente competitivos como para soñar con volver a levantar la Champions a medio plazo, este gran trabajo de cantera y apuesta por futbolistas jóvenes deberá ir acompañado, indisolublemente, por la llegada de futbolistas de calidad y experiencia contrastadas. Y eso, en el fútbol moderno, solo está al alcance de los equipos más ricos del mundo. Y desgraciadamente para ellos, en la actualidad, el Milan no es uno de esos equipos. Y eso, mientras siga Silvio Berlusconi al frente, parece poco factible.
2 Comentarios
Buen artículo, gracias a la liberación, espero que tengan un mejor rendimiento
Después de Milan será sin duda mejor! Apoyo Milan! Me gusta la camisa de fútbol Milan!