Corría el año 2008 cuando en la LFP se empezaba a plantear la idea de crear una Liga de filiales, pensamiento que llevaba rondando la cabeza de los mandamases desde hacía tiempo. Esta competición la disputarían los equipos “B” de aquellos clubes que jueguen en Primera y Segunda División, equipos que precisamente eran los que apoyaban y querían que el proyecto saliese adelante. Sin embargo, todo se quedó en el tintero por la oposición, entre otros, de aquellos que estaban en Segunda B. Ahora, cuatro años después, y tras las declaraciones de Mourinho, es hora de volver a sacar a la palestra el debate. ¿Es necesaria una liga de filiales?
Yo opino, con total rotundidad, es que más que necesario es obligatorio. La presencia del Castilla, Barcelona B o Villarreal B es más molesta que beneficiosa, puesto que están ocupando un puesto que no “usan”, ya que no pueden ascender ni buscar mejorar deportivamente, ya que su objetivo únicamente será el de mantener la categoría. Es justamente por esto por lo que, cuando el filial llega al nivel más alto que puede conseguir, se pierde el sentido real de estos equipos que no es otro que el de formar a jugadores para que den el salto y triunfen en el primer equipo.
Cuando el filial llega a Segunda División es normal ver como fichan a jugadores “medio consagrados”, de edad más madura para lo que debería ser normal, y que en muchos casos tendrán complicado o imposible dar el salto. Jugadores de 16 a 20 años son escasos, y la mayoría tiene que irse cedido a otro equipo. ¿Qué ganamos con ello? Nada, incluso perdemos. La competición se adultera con equipos que “roban” puntos a otros, pero que no consiguen nada a cambio, o que los “regalan” a otros que obtienen beneficio.
Si creásemos la Liga de filiales obtendríamos más beneficio. Se formarían a jóvenes “en condiciones”, y aunque no tengan el premio de llegar a la categoría de plata del fútbol español lo que estarían haciendo sería “luchar” por demostrar cual es la mejor cantera. La franja de edad sería la justa para que el equipo tenga sentido de cantera, e incluso podrían “usarse” como en Inglaterra, en donde los lesionados del primer equipo pueden recuperar forma al jugar con ellos. Otro beneficio estaría en una reestructuración de la Segunda B, categoría donde encontramos mayor cantidad de filiales.
Mucha gente usa como punto negativo la pérdida de competitividad o el echo de que se dejarían de “producir” jóvenes de calidad. Y yo digo que no, que al contrario. Italia e Inglaterra tienen su propia competición de filiales, mientras que en otros países – Alemanía o Francia – están encuadrados dentro de categorías inferiores, pero con la condición de no llegar a las divisiones más altas. Comparto y espero que con el tiempo copiemos el modelo de los dos primeros países.
Sé que será muy complicado cambiar la mentalidad futbolística de este país. Tenemos que reconocer que somos pioneros en algunos aspectos, pero que estamos en la cola de otros. Este es uno de ellos, pero de conseguir darle un giro estoy seguro de que ayudaría a aupar a la Liga Española a un nivel mayor, gracias a lo cual podamos decir sin miedo a equivocarnos que estamos que estamos en la mejor competición del mundo.
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