El Mirandés empezaba su participación en la Copa del Rey como la de muchos equipos de su categoría, con la ilusión y la esperanza de encontrarse con un equipo de primer nivel (un Barsa o un Madrid sería un éxito en cuanto asistencia e ingresos), quizás un “simple” primera. Una eliminatoria, llenar su estadio y para casa. Algo que quedaría como una experiencia, como una anécdota tanto para los jugadores como para los aficionados de ese club: “Jugamos contra un Primera y en un estadio de categoría”.
La participación del Mirandes empezaba en un duelo “fraticida” frente al Amorebieta en la 1º ronda de la Copa del Rey. El equipo de Miranda del Ebro empezaba fuera de casa y ganaba por 0-1. Seguían soñando con llegar a la ronda “de la lotería”. Fueron pasando las rondas y el Mirandes iba aumentando la entidad de sus rivales. Lo siguientes fueron el Linense y el Logroñes (3-1 en ambos partidos) para llegar al primer gordo del torneo.
El bombo, que es caprichoso, quiso que el Mirandes se tuviese que enfrentar a un rival de categoría como es el Villarreal. Sin embargo, el equipo amarillo no llegaba en la mejor etapa de su historia y tras unos años de gloria se encontraba (y se encuentra) en una situación límite. Eso provocó que el partido de Ida terminase con un meritorio empate a 1 por parte del Mirandés y que a la vuelta se consiguiese lo imposible, el equipo de Miranda del Ebro se alzaba con la victoria por 2-0, aumentando su gesta y provocando una mayor crisis en el equipo amarillo.
El sorteo era caprichoso y provocaba que el Mirandes siguiese sin enfrentarse al gordo, ni Madrid ni Barsa iban a pisar su estadio. El siguiente rival era el Racing de Santander, equipo que se llevó un sorprendente 2-0 en la ida, pero que tenía esperanzas de remontar en la vuelta. Sin embargo, la historia seguía aumentando la figura del Mirandés y tras un empate a 1 el equipo avanzaba a los Cuartos de Final para enfrentarse al Español.
Miranda del Ebro era una fiesta, puesto que su equipo estaba consiguiendo algo que nadie se esperaba. Lo que era un sueño de “un solo partido” estaba siendo algo más. Ahora ya no importaba el resultado, lo único importante era el disfrutar del momento. Llegaba la ida en Cornella-El Prat frente al Español y el partido terminaba con otro sorprendente resultado, un 3-2 fruto, en parte, a unas decisiones polémicas del árbitro, que provocaba que el equipo de Segunda B siguiese soñando con aumentar su “palmarés” particular.
Debido a ese “sueño” a esas ganas de aumentar la gesta que ya estaban consiguiendo, el ambiente en su estadio era digno de las mejores citas futbolísticas. Me recordó a partidos de mi Deportivo de La Coruña frente al PSG o Milán, dos de las grandes gestas de la historia del fútbol y de la historia del equipo coruñes. Partidos en los que parecía que el equipo pequeño (por historia) no tenía ninguna posibilidad, pero que fruto de la fe del público y en las ganas de los jugadores finalmente se consiguió lo imposible. El Español se adelantaba en el marcador pero cuando todo parecía perdido, fue cuando el Mirandés sacó fuerzas de donde seguramente no las tenía y consiguió remontar el partido. 2-1 final y el Mirandés celebrando el pase a Semifinales.
La última vez que algo así ocurría era en el 2002, año en el cual el Figueres conseguía llegar a las semifinales tras eliminar al Teruel, al Barsa, Osasuna, Novelda y al Córdoba. En esa eliminatoria se enfrentaba al Real Club Deportivo de La Coruña, equipo frente al que perdería por un 2-1 global en la eliminatoria (ese año el Deportivo conseguiría la victoria en la final frente al Madrid en el partido conocido como el “Centenariazo”). Otro de los equipos que conseguía algo así era el Logroño en el 1931.
Ahora el Mirandés está a las puertas de la final, pero a buen seguro que a ellos lo único que les importa es disfrutar del momento. Si finalmente consiguen llegar a la final, ya eso será una fiesta enorme y se podrán permitir soñar con todo. Mientras tanto tienen que aprovechar y disfrutar lo conseguido hasta ahora. Porque en estos momentos toda España es del Mirandés.
¿Y no voy a hablar de la gran figura Pablo Infante? Lo de este hombre es otra historia y por eso se merece un artículo solo para él. Este únicamente es para alabar y ensalzar la figura de todo el equipo y su afición.
¡Forza Mirandés!
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