Italia es la actual subcampeona de Europa. El equipo que Prandelli tomó en 2010 luego del fracaso en Sudáfrica ha sido reconstruido desde los cimientos y los resultados se vieron en la Euro 2012. Sin embargo, aunque la mejoría es notable, también es evidente que para una selección que solo tiene a Brasil por delante el objetivo será siempre la victoria. En ese sentido, la experiencia del pasado torneo europeo ha sido clave para aprender ciertas lecciones.
He criticado a Prandelli desde que tomó las riendas del equipo porque su intención de transformar la filosofía de juego a favor de un estilo más “moderno” requiere mucho tiempo, tiempo que no tiene. Ya argumenté en esta web el año pasado en la previa de la Confederaciones que los jugadores italianos han sido criados con una enseñanza muy específica, poco compatible con lo que quiere el entrenador. Es por eso que este Mundial podría no ser el mejor para Italia pero sería un paso más adelante en el proceso de adaptación que podría dar frutos dentro de cuatro años, en Rusia.
Mientras tanto el país transalpino no deja de soñar, a pesar de todo, con una final en el Maracaná que rompería con todos los pronósticos. Para ello, Prandelli aprendió un par de lecciones de la derrota en la final de la Euro 2012 ante España. En aquella ocasión, los jugadores que el seleccionador utilizó en su once de preferencia llegaron sin batería a ese duelo final, y ante un equipo como el ibérico que difícilmente cede la posesión, el esfuerzo físico requerido para romper la inercia del tiki-taka español es altísimo. Según el equipo técnico de Prandelli fue el factor físico el culpable de la derrota, pero la pizarra también tuvo mucho que ver.
Aquella noche, Italia jugó con el 4-3-1-2 que fue el esquema de juego más usado durante los dos primeros años de la gestión de Prandelli, a pesar de haber conseguido un rendimiento superior en el primer juego del torneo, justamente contra España, usando el 3-5-2 inspirado en la Juventus. La lista de 23 que Cesare lleva a Brasil mantiene el mismo esquema 4-3-1-2 como base, pero corrige ligeramente el déficit físico de hace dos años con jugadores en plena forma. La ausencia de Totti, Toni o Di Natale, a pesar de sus impresionantes campañas en Serie A es perfectamente lógica y coherente con el discurso de Prandelli.
Del mismo modo, dejar en casa a Giuseppe Rossi es doloroso pero necesario pues el delantero de la Fiore apenas acaba de recuperarse de una operación y, aunque los médicos le hayan dado el alta para competir, su ritmo no es aun el ideal para un torneo corto donde no hay espacio para los errores. Tal ha sido la preocupación de la federación italiana para preparar físicamente a los jugadores que instalaron en el centro deportivo de Coverciano varios cuartos de sauna especiales que simulan las condiciones de humedad y temperatura de Manaus, ciudad del amazonas brasileño donde Italia jugará ante Inglaterra, para que los jugadores hagan ejercicios aeróbicos y acostumbren así su ritmo cardíaco al clima local.
Analizando la lista de Italia encontramos una ausencia de figuras de calidad mundial reconocida, como por ejemplo abundaba en la selección campeona del mundo 2006. Sin embargo, esa desventaja se compensa por la enorme con una versatilidad táctica que no tiene comparación entre las 32 selecciones mundialistas. El once base de Prandelli, como dijimos, era un 4-3-1-2 con Buffon en la puerta; Abate, Barzagli, Chiellini y De Sciglio en defensa; De Rossi, Pirlo y Marchisio en la media; Montolivo de enganche; Cassano y Balotelli arriba. La lesión de Montolivo cambia las cosas y ahora Prandelli deberá aplicar una de las alternativas que ya estaba barajando. Dicha lesión, por más dolorosa y trágica, es beneficiosa para Italia pues Montolivo es un mediocampista organizador natural y como enganche termina completamente perdido.
La primera alternativa sería un 4-1-4-1, el que probablemente debutará ante Inglaterra. Manteniendo la defensa de 4, en el medio entraría Verratti para acompañar a Pirlo dejando a De Rossi delante de la defensa. Marchisio y Candreva serían los extremos de mediocampo y Balotelli jugaría solo arriba. Una variante sería el ingreso de Cerci por Verratti, dejando a Marchisio en el trío del medio y apostando por el atacante del Torino como ala derecha, con Candreva por izquierda. En ataque, el 4-1-4-1 se comporta como un 4-3-3.
La otra alternativa sería un 3-5-2 con Barzagli, Bonucci y Chiellini de centrales, Abate y De Sciglio como alas y repitiendo el mismo trío de mediocampistas. Arriba entraría Cassano o Insigne para acompañar a Balotelli en ataque. Este esquema es perfecto para ahogar el mediocampo de rivales que dominen la pelota, y justamente así jugó la Azzurra ante Brasil en la ConfedCup 2013. Ante rivales de envergadura como Inglaterra y Uruguay que jueguen más al contragolpe veremos probablemente el 4-3-1-2, mientras que ante Costa Rica será probable el 4-5-1 en su versión ofensiva, es decir, un 4-3-3 con Cerci, Immobile y Balotelli juntos.
Las opciones de Italia de clasificar a octavos son buenas, pero apuesto por un segundo lugar detrás de Uruguay. El camino a partir de ahí será duro y rivales como Colombia, España o Brasil están a la vuelta de la esquina. Si Italia quiere dar la sorpresa necesitará, además de un ataque prolífico, recuperar la concentración defensiva que históricamente los ha caracterizado. Después de todo, los atacantes ganan partidos, pero los defensores ganan campeonatos. Forza Azzurra.
Grupo D
Selección | PJ | G | P | E | GF | GC | +/- | PTS | ||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
1 | Costa Rica | 2 | 2 | 0 | 0 | 4 | 1 | 3 | 6 | |
2 | Italia | 2 | 1 | 1 | 0 | 2 | 2 | 0 | 3 | |
3 | Uruguay | 2 | 1 | 1 | 0 | 3 | 4 | -1 | 3 | |
4 | Inglaterra | 2 | 0 | 2 | 0 | 2 | 4 | -2 | 0 |
Arturo Loaiza
"El fútbol más simple es el más complejo de lograr, y eso es lo que este italo-venezolano al mundo tratará de explicar. Mi mundo es de cuero y está lleno de aire. Vinotinto es mi sangre. Azzurro es mi corazón. Rossonera es mi piel. Fútbol es mi pasión".
Tiene 35 años y ya ha ganado el Mundial. También sabe lo que es perder una final de la Eurocopa. A nivel de clubes no hay trofeo importante que se le haya resistido. Es uno de los mejores centrocampistas del mundo y lo ha sido durante la última década, un ejemplo de cómo adaptarse a las necesidades del entorno, primero, para luego adaptar el entorno a su placer. Su nombre es Andrea Pirlo y es la estrella de la selección italiana.
Empezó su carrera como media punta por su talento para dar pases de gol a los delanteros. Sin embargo, nunca fue un jugador que brillara por su velocidad, al menos no en carrera. Coincidió con Roberto Baggio en el Inter y luego en el Brescia, equipo donde por primera vez retrasó su posición en el campo unos metros para jugar de regista, que en italiano significa director. Sus compañeros de selección lo llaman el arquitecto.
Desde atrás, justo delante de la defensa, es capaz de ver todo el campo y anticipar los movimientos tanto de sus compañeros como de los rivales, recuperando muchos más balones de los que uno podría creer. Su pasado como mediapunta le permite además proteger la pelota y sortear la marca con figuras y fintas propias del mejor delantero. Es hábil con ambos pies y puede lanzar una pelota perfecta a 40 metros de distancia, pero su pierna derecha es un arma letal desde cualquier distancia, especialmente a balón parado. Aprendió de Baggio a golpear la esférica con sutileza sobre la barrera, y con el tiempo adoptó también la folha seca (esta la aprendió de Juninho Pernambucano) para transformarse en uno de los mejores francotiradores del mundo.
Ha transitado por los tres grandes de Italia, y aunque sus mejores éxitos deportivos los obtuvo durante los 10 años que vistió de rossonero ha sido en los últimos tres años, con la bianconera, donde se ha visto realmente la mejor versión de Andrea en un campo de fútbol. Los años le han dado la sabiduría necesaria para guiar al equipo a la victoria y será él la principal figura de la Azzurra en Brasil en la búsqueda del penta campeonato.
Arturo Loaiza
"El fútbol más simple es el más complejo de lograr, y eso es lo que este italo-venezolano al mundo tratará de explicar. Mi mundo es de cuero y está lleno de aire. Vinotinto es mi sangre. Azzurro es mi corazón. Rossonera es mi piel. Fútbol es mi pasión".