El Fútbol Es Injusto · Mundial Brasil 2014
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La reválida de Karim Benzema

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Como en una abdicación monárquica, Karim Benzema se ha encontrado de repente con todo el peso del liderazgo. Ribéry no ha llegado a tiempo e instintivamente todos han mirado al unísono al nueve como abanderado de una generación que necesita y quiere explotar de manera rotunda en Brasil.

Karim no es un nueve al uso, un caza goles, sino más bien un generador de ocasiones. Su hábitat perfecto se encuentra en la segunda línea, creando y dejando espacios entre la defensa para la llegada de sus compañeros. En ocasiones tiende a irse a la banda –tanto izquierda como derecha– y no duda en rematar la jugada cuando sea preciso.

Su rol en el Real Madrid ha llevado lugar a numerosas críticas porque de él siempre se exige un alto número de goles, pero Karim no es un «9» puro. De todas formas, ha sabido combinar tras mucho esfuerzo la faceta de mantener un número decente de goles por temporada ante la exigente afición del Santiago Bernabéu.

Si ha tenido que aguantar críticas en ocasiones en su club, en su selección han sido más voraces, durante un tramo de la clasificación mundialista, Benzema llegó a perder la titularidad en favor de un Oliver Giroud que empujaba fuerte. En Brasil se espera un Benzema con la moral por las nubes –recientemente campeón de Champions–, un chico que tome el testigo del liderazgo sin presión, con todo el orgullo del mundo de ser adalid de un país entero.

De Karim se ha visto lo mejor y lo peor, su famoso «trote cochinero» ha desquiciado al graderío en numerosas ocasiones, pero él entiende el fútbol de una manera distinta. No ve una necesidad imperiosa de correr y desgastarse por el campo los 90 minutos, sino que prefiere guardar fuerzas para una estampida, para una arrancada como hacía su ídolo Ronaldo . Es más, en el delantero galo se atisban retazos del carioca, algunos gestos, movimientos, y es entonces cuando Benzema da la de cal y muestra la mejor versión, la de un futbolista con una magia inagotable, el de un talento prodigioso al alcance de muy pocos.

Con él se tiene esa sensación envenenada, de venderlo sin piedad a las primeras de cambio o amarlo por siempre, rendirse a sus pies y entregarle el próximo Balón de Oro, como los coletazos de un amor adolescente, enérgico y alocado.

Benzema llega a Brasil en el mejor momento anímico, en plena madurez deportiva y ante un reto apasionante, con la ilusión tremenda y la soga de la presión un poco más holgada por lo que se espera de Francia, llegar a lo más lejos posible pero no ante una necesidad imperiosa de victoria.

En Brasil deberá sentirse cómodo, orgulloso de liderar con sus goles a todo un país, con su insultante elegancia, como un gato que pasea por los tejados de París y se duerme con los murmullos del Sena mientras la Torre Eiffel contempla los últimos rayos de sol, allí cuando la ciudad duerme y Benzema sueña, con hacer el mejor mundial de todos ¿Y por qué no? Traerse la Copa del Mundo.

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Yasser Tirado

Yasser Tirado

Escritor que pretende hacer del fútbol una literatura de mesilla de noche, un enfoque distinto entre la densa niebla. Podéis ver mis proyectos en www.memoriasdeunbar.com

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