Luchó hasta el final. Como el Tigre que es, vendió cara la derrota. Desde que supo el momento de su lesión, puso su mente en el doloroso trabajo de recuperación que le esperaría. Cuatro meses para una tratación express, pero finalmente no pudo ser. Falcao se perderá el Mundial de Brasil.
Una desgraciada lesión a finales de enero, en un partido de la Copa francesa, trastocó todos los planes de la Selección de Colombia. Perdían a su estrella, su gran referente, el icono de su fútbol. Al fútbol se gana marcando goles, que es lo que te garantiza Radamel Falcao. El buen fútbol que podía generar el combinado del argentino Pékerman, se veía premiado cuando el jugador del Mónaco mandaba el balón a las redes. Sin él, no se resiente la construcción del juego, pero sí la finalización del mismo. James Rodríguez tendrá que buscar otras variantes, Macnelly Torres tendrá que servir más pases, pues el acierto goleador que tiene Falcao es lo que lo han convertido en uno de los mejores delanteros centros del mundo. Las variantes que se presentan son muchas: Teo Gutiérrez seguirá teniendo un papel importante, pero no es un jugador de las características del Tigre. Jackson Martínez es parecido, pero no ha pasado su mejor año en el FC Porto, aunque sí lo ha acabado medianamente bien. Las alternativas crecen, siendo el sevillista Carlos Bacca una de las más atractivas por el gran rendimiento que ha ofrecido esta temporada.
Pero quedará un vacío en la delantera de la selección “cafetera”. Falcao se pierde el Mundial en el mejor momento de su carrera, cuando había explotado futbolísticamente. El próximo le llegaría con 32 años, en una situación que no se presupone tan prometedora como la que tenía este año. Una auténtica lástima ver que la gran cita de Brasil se pierde a uno de los mejores jugadores del planeta fútbol.