Si el pueblo luso tiene ilusión de hacer un buen papel en el Mundial de Brasil es gracias a la fe ciega y rotunda que depositan en su capitán. Cristiano Ronaldo está llamado a ser el héroe de una nación por enésima vez, le tocará mancharse de barro hasta las cejas, sudar más que ningún otro y contagiar al grupo de su mentalidad ganadora, de no bajar los brazos desde que pongan el primer pie en la capital del fútbol hasta que se marchen (a ser posible lo más tardar). Portugal le necesitará, y el pondrá todo lo que tiene para no defraudarles.
Cristiano Ronaldo tiene ante él una oportunidad épica para que su nombre quede grabado en la rotundidad de la memoria colectiva, para que se cuenten y narren leyendas en las caídas del sol en Madeira, para que el planeta fútbol incline la balanza sobre quien es el mejor jugador de la tierra, capitaneando a un país observará desde el horizonte brasileño como la sombra de Eusebio le marcará el camino de la gloria, no titubeará, no le temblará el pulso. Ha nacido para esto.
No descubriremos nada nuevo si decimos que Cristiano Ronaldo es el mejor jugador de Portugal y con total seguridad uno de los tres mejores de los participantes en la cita mundialista, con unas condiciones totalmente atléticas es capaz de hacer 100 metros en unos 10 segundos, un inagotable abanico de regates y una potencia descomunal son sus principales bazas. Su tren inferior le permite realizar saltos más allá de la media del resto por lo que supone una ventaja extra a la hora del remate de cabeza.
Los lanzamientos a balón parado son otras de sus especialidades, imprime una folha seca al esférico golpeándole con el empeine entero a la válvula, lo que hace que el balón vaya seco y duro sin apenas giro pero con una caída inesperada e impredecible lo que se convierte en toda una pesadilla para los porteros.
A Cristiano se le ha criticado desde antes de su llegada al Real Madrid que no aparecía en las grandes citas (finales de Champions, eurocopas o mundiales), esto ha cambiado drásticamente, Ronaldo ha sacado rendimiento a los grandes acontecimientos, marcando por ejemplo los goles decisivos que le darían al Real Madrid la Liga en el Camp Nou o liderando a su selección en el hat-trick frente a Suecia que le daba el billete al Mundial.
No obstante, a veces encontramos a un jugador obsesionado con el gol, con agradar, con hacerlo bien y vemos como en esas ocasiones se muestra otro Cristiano, individualista, nervioso, con ansiedad.
Pese a no ser Portugal una selección de primer nivel, Cristiano Ronaldo acaparará muchísimos focos en el Mundial, todos sus movimientos se examinarán hasta el más mínimo detalle, a él no parece importarle, uno de los mejores jugadores del mundo desayuna con esa presión todos los días de su vida.