El Fútbol Es Injusto · Mundial Brasil 2014
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Fútbol y progreso
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Seis décadas después de aquel histórico gol de Ghiggia que enmudeció Maracaná, la fiesta del fútbol regresa por fin a Brasil, territorio sagrado para el balón y epicentro del planeta durante las próximas semanas como anfitrión de un Mundial apasionante por la concentración de estrellas y las incógnitas deportivas, imposible vaticinar si Brasil se sacará la espina del Maracanazo, si Messi logrará encumbrar a su selección o si España será capaz de extender todavía más su brillante ciclo de victorias. Pero esta vez el Mundial es mucho más por el complejo clima social que vive un país que percibe el gigantesco campeonato como un derroche de dinero mientras las calles reclaman justicia, dignidad y democracia. Brasil, en definitiva, será diferente.

La fiesta en la idílica playa de Copacabana el día que Brasil fue designada como sede del Mundial dibujaba un camino de rosas que se ha evaporado durante los últimos meses porque el torneo se ha convertido en el icono de las sombras de un país donde reina la desigualdad. Los mismos brasileños que anhelaban la vuelta a casa del campeonato son los que ahora le dan la espalda, indignados por la desorganización de la cita, la improvisación, el retraso de las obras en las principales infraestructuras, el desfase presupuestario y las sospechas de corrupción en medio de un panorama de recortes en el sector público y el encarecimiento general de los servicios básicos.

Los opositores al Mundial critican la inversión de más de 8.000 millones de euros que ha supuesto la organización de un Mundial que no ha generado por el momento un impacto inmediato positivo en la economía del país. De hecho, el PIB per cápita ha retrocedido a niveles de 2010 y el gobierno de Dilma Rousseff se vio obligado a aprobar un recorte de más de 13.000 millones de euros para cumplir con el déficit. Las protestas, por ahora menos violentas que las que se produjeron durante la Copa Confederaciones se suceden en casi todos los sectores públicos a lo largo de todo el país. La huelga de los trabajadores del metro de Sao Paulo, escenario del partido inaugural, amenaza con sumir en el caos al Mundial desde el minuto uno.

«Existe una campaña sistemática contra el Mundial o, más bien, contra nosotros», explicaba recientemente la presidenta del país Dilma Rousseff, que ni siquiera acudirá a ese partido inaugural al entender que su presencia podría caldear todavía más el ambiente a la vista de lo que pasó hace un año en la Confederaciones, cuando los abucheos se sucedieron en los discursos de la presidenta -candidata a la reelección en las presidenciales de octubre- y de Joseph Blatter, mandamás de la FIFA.

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Vergüenza pública

Uno de los discursos más críticos contra la organización viene de un tipo respetado en Brasil como Romario -ahora metido en política- que ha llegado a decir el Mundial sería el «mayor robo de la historia del país». Pero no es el único. El escritor Paulo Coelho ha asegurado que no irá a ver ningún partido en directo. «Aunque tenga las entradas, no iré. No puedo estar dentro de un estadio sabiendo lo que sucede fuera con los hospitales, educación y todo lo que el clientelismo ha provocado», explicaba en una entrevista para O Globo. Ronaldo, que llegó a participar en algunos actos oficiales, ha confesado recientemente que se siente avergonzado por la capacidad de Brasil para cumplir con los plazos de las obras.

Los retrasos en las infraestructuras componen uno de los puntos de la indignación ciudadana, que se siente estafada porque el presupuesto inicial se ha duplicado, superando lo que costaron las dos anteriores Copas del Mundo juntas, y eso que una larga lista de obras en aeropuertos, autopistas o estaciones de ferrocarril no han finalizado o ni siquiera han comenzado, lo que ha disparado las alarmas en el Comité Olímpico Internacional a dos años de los Juegos Olímpicos. «No necesitábamos 12 estadios, con ocho bastaba. Cuando termine el Mundial algunos de esos estadios no se usarán. Eso es tirar el dinero, podían haberse constriuido hospitales y escuelas públicas», sentencia Mauro Silva.

Las protestas ciudadanas de los últimos meses han sido heterogéneas porque los indignados reclaman mejoras en sectores públicos básicos como la sanidad o la educación, lejísimos de los niveles de los países medianamente avanzados, además de clamar contra la brutalidad policial y la corrupción sistemática de las élites económicas y políticas en un país de enormes desigualdades. El Mundial, en algunos casos, ha abultado todavía más esa brecha social por culpa de la especulación inmobiliaria que ha encarecido los alquileres de los apartamentos medios en ciudades como Sao Paulo a 600 reales mensuales (unos 200 euros) mientras el salario mínimo apenas alcanza los 725 reales. Queda por ver si el inicio del Mundial, con el maratón de partidos, emociones y estrellas calmará los ánimos de los brasileños o, si por el contrario, termina de encender la mecha en la calle.

Candidatos al trono

Sobre el césped las incógnitas son muy distintas, inútiles las quinielas previas al campeonato porque el fútbol depara mil sorpresas. Más allá del Maracanazo, Brasil arroja el interrogante de si alguna selección europea será capaz de ganar por fin un Mundial en el continente americano. Todos los focos apuntan a una selección española que recibe todos los elogios por un ciclo irrepetible que parece ya en su recta final. La Confederaciones demostró que el combinado de Del Bosque no es infalible, y la irregular temporada de muchos jugadores del Barça plantea dudas sobre el nivel del equipo, especialmente en el plano físico, en un campeonato exigente desde el inicio por el duelo contra Holanda, reedición de la final de Sudáfrica.

Las dudas de España elevan la exigencia sobre Brasil, enchufadísima el año pasado en la Confederaciones y con motivaciones de sobra para levantar su sexto Mundial. Para ello será decisivo el papel de un Neymar que parece mucho más cómodo en la selección, donde juega y dirige como un auténtico líder, que en el Barcelona. El mayor enemigo de Brasil parece ese favoritismo que ya tumbó al equipo no hace tanto en el Mundial de Francia. Apuntan también muy alto la argentina de Leo Messi, temible por mucho que no haya brillado con la camiseta azulgrana, y la Alemania de un Joachim Low que parece uno de los equipos más completos de todo el campeonato.

Brasil no acaba ahí porque la constelación de estrellas parece infinita, de Cristiano Ronaldo a Mesut Ozil, de Andrea Pirlo a Luis Suárez o de Didier Drogba a Eden Hazard. Así hasta 736 futbolistas, 32 selecciones, 64 partidos y millones de aficionados con la ilusión de entrar en el Olimpo del fútbol. Brasil es mucho más que un Mundial.

Victor Pérez

Victor Pérez

Licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual. Fundador de FIFAChampions y administrador de El Fútbol es Injusto

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Brasil, el anhelo de un país
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Toda una nación estará unida para apoyar a su selección. Pero, ¿podrá Brasil finalmente borrar el fantasma del Maracanazo? La pentacampeona del mundo regresa al torneo que la hizo famosa para buscar el título perdido, el que le fue arrebatado de las manos en su propia casa cuando Ghiggia marcó el 1-2 de aquella fatídica final en 1950. Varias generaciones de futbolistas han logrado el éxito desde entonces pero ni siquiera los cinco títulos pueden hacer olvidar la que se conoce como la mayor tragedia en la historia reciente del país sudamericano.

En Brasil, el fútbol trasciende las fronteras del campo y se siente como una forma de vida. Es un arte, una forma de expresar la inmensa alegría que emana la cultura de ese país a través de su música y sus fiestas. Justo ahora que la copa regresa a casa, el sentimiento que ahoga a los brasileños es el conocido como saudade, esa sensación de tristeza producida por la ausencia de algo o alguien a quien se extraña o se añora. En este caso, aquella Copa perdida en Maracaná.

La última vez que la verdeamarelha llegó a la final fue en 2002, y gracias a los 8 goles de Ronaldo en aquel torneo se pudo agregar la quinta estrella al escudo. Han pasado 12 años y desde entonces Brasil ha ganado 3 ediciones consecutivas de la Confederaciones pero ha fallado clamorosamente en cuartos de final en los mundiales de 2006 y 2010. Con equipos llenos de estrellas y la etiqueta de máxima favorita, esas derrotas no han hecho sino aumentar el peso de la saudade en la población. Con el fracaso en los Juegos Olímpicos de 2012, la Federación decidió volver al pasado y llamar al hombre que trajo ese penta campeonato: Luiz Felipe Scolari.

En la pasada Confederaciones el combinado de Scolari carecía de estrellas mundiales y peso en ataque, pero contaba con una edad media bastante joven (26 años) y una defensa sólida. Un año después la lista ha evolucionado y el combinado brasileño cuenta con varios jugadores que se han elevado al estatus de estrella durante el último año, especialmente a raíz de la exhibición en la final ante España. Esta vez el grupo cuenta con mayor experiencia pues la edad media es ahora 27,9 años, son la cuarta selección según el ránking FIFA y vuelven a ser los máximos favoritos para ganar el Mundial.

Al frente de la selección, Scolari, reconocido por su enorme capacidad de motivación, que suele rodearse de un grupo fiel de jugadores y aislar al resto. Así ha pasado en esta Brasil, de la que se han caído Kaká, Ronaldinho o Robinho. Sus bajas no serán dramáticas porque están lejísimos de su mejor nivel y porque Felipao cuenta con el mismo bloque que arrasó en la Confederaciones: un 4-2-3-1 con JúlioCésar en la puerta; Alves, Thiago Silva, David Luiz y Marcelo en defensa; Fernandinho y Paulinho en el doble pivote; Hulk, Oscar y Neymar de media puntas y arriba Fred. Las alternativas son pocas, aunque es común ver a Willian o Jô sustituir a Hulk en el segundo tiempo.

Los focos apuntarán en Brasil, por encima de todos, a NeymarJr. El delantero del FC Barcelona ha tenido una buena temporada en su nuevo club y es la esperanza de todo el país. Aunque tenga la mala costumbre de exagerar en sus caídas cuando siente el contacto de algún defensor, posee maravillosas capacidades técnicas y una privilegiada visión del campo. Puede driblar, disparar al arco o dar el pase final, todo con la misma facilidad. Pero el nivel superlativo que ha mostrado en la selección no se vio plenamente en su club por razones tácticas y psicológicas. En cierto modo, el Neymar de Brasil es atrevido y osado mientras el blaugrana es más correcto y menos arriesgado. Es precisamente ese desparpajo a la hora de inventar jugadas imposibles en situaciones apretadas lo que transforma al buen jugador en una estrella, un fuoriclasse.

Existen también razones tácticas para la explosión de Neymar. La principal se llama Oscar. El centrocampista del Chelsea es un organizador excepcional, pero además cumple con la labor de moverse por todo el campo contrario para arrastrar marcas y abrirle paso a Neymar. Del mismo modo, Fred, a pesar de estar a años luz de sus predecesores Romario y Ronaldo, posee un gran sentido del oportunismo y sabe jugar sin balón, también arrastrando marcas para la llegada de Neymar, Oscar o incluso Paulinho. Quizás Hulk es el eslabón débil del ataque, pero en ocasiones Scolari lo sustituye por Bernard para aumentar la velocidad. También es común ver a Ramires o Hernanes entrar por derecha, en el trío del medio de un 4-3-3 ya sea por Hulk o el mismo Oscar.

Brasil es un equipo diseñado para adaptarse al rival, aunque se siente mucho mejor controlando el partido desde el círculo central para lanzar transiciones veloces al aprovechar la velocidad de Alves y Marcelo. Los contragolpes suelen ser letales. El punto débil es justamente el espacio que dejan los laterales cuando suben. Si Brasil encuentra un rival que sepa disputarle el centro del campo encontrará problemas, pero para eso hace falta mucha energía y buena puntería, lo que le faltó a España en la final de la Confederaciones.

La lógica indica que Brasil ganará su grupo y el camino hasta cuartos no será problema. De ahí en adelante podría encontrar rivales sudamericanos como Uruguay o Argentina, y veremos si los fantasmas del 50 son finalmente exorcizados, o si la pesadilla continúa.

Grupo A

SelecciónPJGPEGFGC+/-PTS
1Brasil32017257
2México32014137
3Croacia31206603
4Camerún303019-80
FechaLocalResultadoVisitante
12/06/2014
8:00 pmBrasil3 - 1Croacia
13/06/2014
6:00 pmMéxico1 - 0Camerún
17/06/2014
9:00 pmBrasil0 - 0México
19/06/2014
12:00 amCamerún0 - 4Croacia
23/06/2014
10:00 pmCamerún1 - 4Brasil
10:00 pmCroacia1 - 3México

Arturo Loaiza

Arturo Loaiza

"El fútbol más simple es el más complejo de lograr, y eso es lo que este italo-venezolano al mundo tratará de explicar. Mi mundo es de cuero y está lleno de aire. Vinotinto es mi sangre. Azzurro es mi corazón. Rossonera es mi piel. Fútbol es mi pasión".

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España, renovarse o morir
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Los complejos han desaparecido. Los Zarra, Gento, Luis Suárez, Camacho, Maceda, Quini, Santillana, Arconada, Butragueño, Guardiola, Raúl y la infinidad de futbolistas españoles que han fracasado edición tras edición mundialista, han sido vengados por la mejor generación de jugadores que ha dado España. Los miedos, los precipicios hacia el abismo cada vez que aparecía un cruce de cuartos de final han quedado a un lado. La calidad es fundamental, pero la mentalidad y la confianza en lo que haces genera el plus que hace cambiar las dinámicas perdedoras. Donde cualquier grano de arena era una montaña inabordable e inalcanzable, ahora cualquier obstáculo por muy complicado que sea, se acaba superando.

Luis Aragonés marcó el camino en el europeo 2008 de Austria y Suiza. Aquella era una lista atípica. Ni los futbolistas del Real Madrid o del FC Barcelona eran mayoría como había sucedido históricamente. Valencia y Liverpool eran los equipos cuya aportación era mayor. Cuatro futbolistas cada uno. Cinco futbolistas que no habían debutado y jugadores habituales en anteriores convocatorias como Joaquín o Raúl, fuera del grupo.

Vicente del Bosque hizo una labor continuista. Gente veterana fue desapareciendo del equipo y la renovación inevitable no se hizo esperar. Desde la explosión futbolística de la selección española en 2008 ya han pasado seis años. Es un ciclo muy largo en el que gente muy importante ha ido quemando etapas y cuando esa gente tiene una calidad y un rol muy importante dentro del grupo, el relevo generacional se hace extremadamente complicado.

A diferencia de los tres grandes acontecimientos anteriores Eurocopas 2008 y 2012 y Mundial 2010, España llega cargada de dudas. El antecedente de la Copa Confederaciones del año pasado donde Brasil venció con aplastante autoridad por 3-0 fue una muestra de ello. Es cierto que en la anterior Copa Confederaciones previa al europeo de Polonia y Ucrania la imagen de la selección no había sido buena y había caído ante Estados Unidos, pero este verano España se encuentra en un punto de inflexión complicado de abordar y combatir.

En los últimos dos torneos resulta ha resultado trascendental el peso de los futbolistas del Barcelona en el once titular: en las finales de 2010 y 2012 había seis futbolistas del club catalán en el once inicial. Coinciden en ambos eventos Piqué, Busquets, Xavi e Iniesta, cuatro pilares fundamentales en el esqueleto del equipo. Puyol y Pedro juegan la final del 2010, mientras que Alba y Cesc juegan la final del 2012.

En esta ocasión, podría haber hasta cinco jugadores del Barcelona en el once titular: Piqué, Alba, Busquets, Xavi e Iniesta. Vicente del Bosque tiene un problema a la vista. Entre esos cinco nombres, hay varios que han realizado una temporada nefasta, o simplemente han jugado a ráfagas durante el año. Tener un bloque que juega de memoria y dispone de unos mecanismos en su club facilita las cosas enormemente. Sin embargo, como demostró Luis Aragonés, la diversidad de disponer del futbolista en mejor estado de forma también funciona. Los buenos futbolistas utilizan un lenguaje común que se traduce sobre el césped en buen fútbol y generalmente en resultados.

Del Bosque debe manejar alternativas, que las tiene, y tomar decisiones individuales difíciles en beneficio del colectivo. No se trata de borrar de un plumazo la herencia de pasados torneos, sino de saber gestionar el peso relativo de ciertos futbolistas y dosificar esfuerzos de jugadores ya muy cargados de partidos.

Como dijo en el caso de Arbeloa, se trata de un tema de competitividad. Hay puestos más difíciles de gestionar que otros y posiciones más delicadas que otras. Hay nombres como los de Javi Martínez, Cazorla o Koke que pueden aportar soluciones y alternativas a planteamientos tácticos colectivos y a problemas individuales puntuales.

Estamos ante el primer test serio de la era post Xavi. La brújula de la selección se agota. Ha habido jugadores que han captado en mayor medida los focos mediáticos en la selección que el de Tarrasa, como ha sido el caso de Casillas, Iniesta, Torres o Villa, pero no cabe duda de que Xavi ha sido el referente fundamental de los éxitos recientes.

Para contrarrestar el déficit que puede generar el estado de ciertos futbolistas, hay otros que sin embargo pueden llegar en el mejor momento de la temporada. Casillas ha empezado a tener algo de continuidad en su equipo, Ramos  va a ser fundamental incluso para desatascar ciertos partidos a balón parado y tanto Silva como Diego Costa han estado a un nivel bastante alto. Veremos las lesiones el papel importante que pueden jugar.

La baja definitiva de Thiago Alcántara en la lista por lesión, hace indispensable la presencia de un jugador como Isco, que tampoco estará en Brasil a pesar de que en la convocatoria definitiva aparecen jugadores que tampoco gozan de continuidad en sus equipos.

Falta chispa, falta físico en algunos jugadores básicos en el sistema y España va a defender su corona en campos lentos, temperaturas altas y, en general, unas condiciones que van a requerir más gladiadores que futbolistas. Pero hay motivos sobrados para seguir soñando. Si un grupo se ha ganado la confianza, ha sido España, siempre capaz de ofrecer su mejor versión en el momento preciso.

Grupo B

SelecciónPJGPEGFGC+/-PTS
1Holanda330010379
2Chile32105326
3Australia31206603
4España3030110-90
FechaLocalResultadoVisitante
13/06/2014
9:00 pmEspaña1 - 5Holanda
14/06/2014
12:00 amChile3 - 1Australia
18/06/2014
9:00 pmEspaña0 - 2Chile
6:00 pmAustralia2 - 3Holanda
23/06/2014
6:00 pmAustralia3 - 0España
6:00 pmHolanda2 - 0Chile

Miguel Mandías

Miguel Mandías

De las cosas menos importantes que hay en la vida, el fútbol es la más importante.

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Alemania, un gigante hambriento
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Aquella frase que dejó para la posteridad Gary Lineker hoy no es más que un recuerdo lejano para la nueva Alemania dirigida por Joachim Low, lejísimos de los arquetipos que encumbraron al fútbol germano durante los setenta, incluso irreconocible para algunos y, sin embargo, más temible que nunca en Brasil, donde «Die Mannschaft» confía levantar su cuarta Copa del Mundo para acabar de una vez con la sequía más prolongada de su historia desde la II Guerra Mundial, huérfana la vitrina de grandes títulos desde la Eurocopa de Inglaterra. Demasiado tiempo sin triunfos para un gigante como Alemania que ahora recibe los elogios de todos por su filosofía moderna, inimaginable en otra época, capaz de conjugar las virtudes de Bayern y Borussia, las tácticas de Guardiola, Klopp, e incluso algunos detalles de la España que articuló Luis Aragonés.

La cita de Brasil se perfila como una cita decisiva en el atrevido rumbo iniciado por Jurgen Klinsmann en el Mundial de 2006 bajo la atenta mirada de su entonces asistente, Joachim Low, hoy máximo exponente del renovado estilo de una selección que, a pesar de todos los cambios, jamás se ha retirado de la pelea por los títulos: Alemania ha alcanzado las semifinales en las dos últimas Eurocopas y los tres últimos Mundiales. Queda dar ese último paso trascendental y Brasil parece la última oportunidad para algunos históricos del combinado nacional, muy difícil imaginar a Lahm o Schweinsteiger a un nivel tan alto dentro de cuatro años. La exigencia por tanto es enorme -como siempre para un alemán- y en buena medida lógica por el tremendo fondo de armario del equipo más completo técnicamente de todo el campeonato, deslumbrante su fase de clasificación.

El gran interrogante que ronda la cabeza de Low es el aspecto físico, fundamental en Brasil por el clima, después de una temporada muy complicada. «Tres meses antes del Mundial hemos tenido a ocho o nueve jugadores fuera de ritmo por culpa de lesiones importantes. No estoy seguro de que todos puedan llegar a tope», advertía semanas atrás Jogi, señalado hace dos años por su nefasto planteamiento de la semifinal de la Eurocopa ante Italia. A pesar de ser -en términos generales- una figura respetada dentro y fuera de Alemania, su margen de error también es nulo, de ahí su preocupación por tener a todos en las mejores condiciones.

Las dudas de Low comienzan por Sami Khedira, eje del equipo, en blanco durante los últimos seis meses por una rotura de ligamentos. La evidente falta de ritmo del centrocampista, mediocre su actuación en la final de la Champions League, podría conducir al seleccionador a optar por Philipp Lahm en el centro del campo, un puesto ya natural para el capitán después del primer año de Guardiola al frente del Bayern. Pero Jogi cuenta con otras opciones, como colocar un doble pulmón en la medular con Toni Kroos y Bastian Schweinsteiger, indudable su sacrifico para dar estabilidad al equipo. En defensa tampoco está cerrada la pareja de centrales. Matts Hummels brilló en la pasada Eurocopa por su temple y su trato exquisito al balón, fundamental esa cualidad en un central en esta Alemania que bebe del balón casi tanto como España, pero su excesivo sosiego a menudo juega en su contra. Por eso Low seguramente se incline por la solvencia de Jérome Boateng, chico para todo, y la veteranía de Per Mertesacker. Neuer es indiscutible en la portería.

Lo que no ha cambiado es la habilidad de Alemania para machacar al rival, como quedó patente en su arrolladora fase de clasificación con 36 goles en 10 partidos, nueve victorias y solo una diminuta mancha por el espectacular 4-4 ante la Suecia del artista Ibrahimovic. En ataque las posibilidades de Low parecen infinitas, imponente el cartel de estrellas liderado por Mesut Ozil, de nuevo ante la oportunidad de brillar por fin en una cita de postín. No estará solo en Brasil. En principio estará acompañado por tres jóvenes brillantes que encarnan a la perfección el espíritu de la remozada Alemania, creativa, habilidosa, tan eficaz como siempre y sin complejos. Por un lado el versátil Thomas Muller, un futbolista de los pies a la cabeza, capaz de entrar por la banda -casi siempre la derecha- o actuar de falso nueve, especialmente inteligente para moverse entre líneas y leer los partidos. Pero, sobre todo, por el pincel  del atrevido Mario Gotze, que no tienen problemas en declararse fan de Justin Bieber en un vestuario compartido con tipos como Schweinsteiger o Mertesacker. Eso sí, Alemania ha perdido por el camino a Marco Reus, del que se esperaba muchísimo en Brasil, por culpa de una lesión de tobillo en uno de los amistosos de preparación al Mundial.

En cualquier caso Low dispone de un arsenal suficiente para darle la vuelta a cualquier partido o administrar fuerzas en un campeonato tan exigente como el de Brasil, por eso se antoja decisiva la aportación desde el banquillo del talento -a veces intermitente- de Podolski, la pegada de Julian Draxler, la velocidad del sorprendente Andre Schurrle, el coraje de Kevin Grosskreutz o los goles del eterno Miroslav Klose, que a sus 36 primaveras amenaza el récord de 16 goles marcados en los Mundiales de Ronaldo, impresionado hace solo unas semanas al enterarse en un programa de la televisión brasileña que sigue en activo y al máximo nivel. Igual que Alemania, candidata a todo en Brasil si el físico acompaña y, sobre todo, si el equipo aprende a no partirse por la mitad ante rivales de primera línea como Portugal, contrincante en el debut. Alemania quiere graduarse en Brasil.

Grupo G

SelecciónPJGPEGFGC+/-PTS
1Alemania21016244
2Estados Unidos21014314
3Ghana201134-11
4Portugal201126-41
FechaLocalResultadoVisitante
16/06/2014
6:00 pmAlemania4 - 0Portugal
17/06/2014
12:00 amGhana1 - 2Estados Unidos
21/06/2014
9:00 pmAlemania2 - 2Ghana
22/06/2014
12:00 amEstados Unidos2 - 2Portugal
26/06/2014
6:00 pmEstados Unidos - Alemania
6:00 pmPortugal - Ghana

Victor Pérez

Victor Pérez

Licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual. Fundador de FIFAChampions y administrador de El Fútbol es Injusto

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Lionel Messi, tango y goles
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“Muchas veces no me salían las cosas en la selección e iba al Barcelona y jugaba bien. Esperemos que esta vez sea al revés”. Esas fueron las palabras que el delantero del Barcelona y de la selección argentina, Lionel Messi, pronunció al llegar a la Argentina. Aunque no está pasando el mejor momento en el equipo blaugrana, Messi sabe que será una de las grandes atracciones de la Copa del Mundo Brasil 2014.

Goleador, rápido, habilidoso e indescifrable; podríamos seguir adjetivando infinitamente los valores de Lionel Messi dentro del campo de juego. La del 2014 será su tercera participación mundialista y a la que mejor llega.

Cuando tenía apenas 19 años, Messi fue convocado por José Pekerman para jugar en Alemania 2006 donde, siempre desde el banco de los suplentes, vería acción en tres partidos y marcaría el sexto gol, el primero para él en copas del Mundo, en la goleada de Argentina a Serbia y Montenegro por 6 a 0. Cuatro años más tarde, Sudáfrica 2010 no sería un buen Mundial para la “pulga”: no pudo marcar goles y el seleccionado dirigido por Diego Maradona quedó eliminado en cuartos de final luego de una rotunda derrota ante Alemania por 4 a 0.

La Copa del Mundo de Brasil encuentra a un Messi mucho más maduro futbolísticamente, ganador absoluto de todas las competencias europeas con el Barcelona (desde 2010 ganó 10 títulos), pero de no muy buen presente en el conjunto catalán. La temporada 2013-14 no fue de las mejores para el delantero argentino: en un Barcelona de poco brillo, no supo lucirse como en años anteriores, no obtuvo títulos en lo que va del 2014 y su compatriota y director técnico, Gerardo Martino, debió dejar el cargo.

El equipo argentino y su técnico, Alejandro Sabella, ven en Leo Messi la llave del próximo mundial. La distribución táctica de Argentina busca ser la más cómoda para el rosarino. Es un equipo armado para Messi, que juega para Messi.

Las únicas incógnitas sobre el rendimiento del delantero de cara al próximo Mundial radican únicamente en ver cómo responderá el argentino, y el equipo completo, a un esquema de marca férrea de los rivales sobre Leo. Veremos cómo podrá el diez quitarse las marcas de encima y ser un buen generador de juego de la selección.

Matias Rodriguez F.

Matias Rodriguez F.

Hincha de River Plate. Periodismo en ETER. Historia (UBA). Me lees en @elpezdigital y en @Futbolesinjusto.

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Cristiano Ronaldo, arma letal
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Si el pueblo luso tiene ilusión de hacer un buen papel en el Mundial de Brasil es gracias a la fe ciega y rotunda que depositan en su capitán. Cristiano Ronaldo está llamado a ser el héroe de una nación por enésima vez, le tocará mancharse de barro hasta las cejas, sudar más que ningún otro y contagiar al grupo de su mentalidad ganadora, de no bajar los brazos desde que pongan el primer pie en la capital del fútbol hasta que se marchen (a ser posible lo más tardar). Portugal le necesitará, y el pondrá todo lo que tiene para no defraudarles.

Cristiano Ronaldo tiene ante él una oportunidad épica para que su nombre quede grabado en la rotundidad de la memoria colectiva, para que se cuenten y narren leyendas en las caídas del sol en Madeira, para que el planeta fútbol incline la balanza sobre quien es el mejor jugador de la tierra, capitaneando a un país observará desde el horizonte brasileño como la sombra de Eusebio le marcará el camino de la gloria, no titubeará, no le temblará el pulso. Ha nacido para esto.

No descubriremos nada nuevo si decimos que Cristiano Ronaldo es el mejor jugador de Portugal y con total seguridad uno de los tres mejores de los participantes en la cita mundialista, con unas condiciones totalmente atléticas es capaz de hacer 100 metros en unos 10 segundos, un inagotable abanico de regates y una potencia descomunal son sus principales bazas. Su tren inferior le permite realizar saltos más allá de la media del resto por lo que supone una ventaja extra a la hora del remate de cabeza.

Los lanzamientos a balón parado son otras de sus especialidades, imprime una folha seca al esférico golpeándole con el empeine entero a la válvula, lo que hace que el balón vaya seco y duro sin apenas giro pero con una caída inesperada e impredecible lo que se convierte en toda una pesadilla para los porteros.

A Cristiano se le ha criticado desde antes de su llegada al Real Madrid que no aparecía en las grandes citas (finales de Champions, eurocopas o mundiales), esto ha cambiado drásticamente, Ronaldo ha sacado rendimiento a los grandes acontecimientos, marcando por ejemplo los goles decisivos que le darían al Real Madrid la Liga en el Camp Nou o liderando a su selección en el hat-trick frente a Suecia que le daba el billete al Mundial.

No obstante, a veces encontramos a un jugador obsesionado con el gol, con agradar, con hacerlo bien y vemos como en esas ocasiones se muestra otro Cristiano, individualista, nervioso, con ansiedad.

Pese a no ser Portugal una selección de primer nivel, Cristiano Ronaldo acaparará muchísimos focos en el Mundial, todos sus movimientos se examinarán hasta el más mínimo detalle, a él no parece importarle, uno de los mejores jugadores del mundo desayuna con esa presión todos los días de su vida.

Yasser Tirado

Yasser Tirado

Escritor que pretende hacer del fútbol una literatura de mesilla de noche, un enfoque distinto entre la densa niebla. Podéis ver mis proyectos en www.memoriasdeunbar.com

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