Duelo de banquillos
Llegan las semifinales de Champions League, y mirando los banquillos bien podríamos pensar que se trata de partidas de ajedrez entre viejos amigos. De un lado, dos escuadras comandadas por italianos; de otro, antiguos compañeros de gel y toalla. En Turín, batalla de tácticas; en Barcelona, de estilos.
A priori, la eliminatoria entre Real Madrid y Juventus se inclina a favor de los blancos. Insisto: a priori. Parece que el míster de la ceja inquieta, al igual que hiciera la campaña pasada por estas fechas, quiere dar una vuelta de tuerca a su sistema escasamente equilibrado para alinear de nuevo a los tres centrales tras los resultados obtenidos frente a Atlético y Sevilla. Lo que antes parecía un disparate, ahora es poción mágica. Sigue pareciéndome un acierto ya que, si algo hay que temer de la ‘Vecchia Signora’, es también su poderío en la medular, a expensas de conocer si Pogba podrá jugar uno de los dos choques o no.
Que nadie espere goles por doquier o juego vistoso de videoconsola: con dos trasalpinos mullidos en el banco, la batalla táctica y de juego “B”, puede elevarse a los altares del bostezo. No hay que olvidar que el cerebro manda sobre las piernas, y es el momento de la temporada en que te juegas el poder aspirar a algo grande o el quedarte a las puertas que nadie recuerda. Tensión por la Undécima a la derecha, miedo por no alcanzar una final soñada desde hace casi veinte años a la izquierda. Quien estabilice más su riego sanguíneo y cometa menos errores se llevará el gato al agua. Parece una perogrullada, sí, pero los dos directores saben que las defensas cobrarán más importancia que las tropas de asalto. Tres centrales por cada lado y un medio campo poblado. Solo la calidad, la concentración y la precisión serán billetes válidos para Berlín. Tengo curiosidad por ver cuántas veces subirán la banda Carvajal o Marcelo en delle Alpi. Apostaría que escasas. Incluso algún medio habla de Coentrão por el brasileño. ¡Tutatis nos libre! Eso sí: si el Madrid quiere pasar sin apuros, debe imprimir un ritmo rápido al balón para que el físico y mente de Pirlo sufran.
La motivación extra de Morata debe ser vigilada de cerca por los centrales blancos. Que no juegue Pogba es un alivio. El buen momento de James Rodríguez entre líneas debe aprovecharlo el equipo, puesto que pocos espacios habrá para correr. No alinearía a Bale, aunque las portadas se llenen con su foto. La defensa italiana exigirá lucha y no facilitará espacios; sin ellos, el galés pasará desapercibido. Más que nunca recurriría a todos los peloteros de la plantilla. Cerrar espacios por banda y crearlos entre líneas: ésa será la clave. Pase lo que pase, tanto Ancelotti como Allegri exprimirán más la pizarra que el esférico.
Y, ¿quién parte con ventaja en la Ciudad Condal? Sin duda, los ‘culés’. La defensa del Bayern de Munich es su línea más endeble y ‘Pep’ lo sabe. Así, y con la recuperación de Thiago, Schweinsteiger y ‘Javi’ Martínez, apostaría a que Guardiola abandonará el experimento de Lahm como medio centro y aprovechará la sabiduría de uno de los mejores laterales europeos de todos los tiempos y la estrella ascendente de Bernat, para tapar las acometidas tanto de Neymar como de Messi por banda, posiblemente el único espacio que les quede tras la poblada media que preparará el de Sampedor. De hecho, no me extrañaría que en un ataque de entrenador a los que nos tiene acostumbrados, alineara un eje de cinco mirando de reojo el experimento de su homónimo madridista. La baja de Robben y, presumiblemente, de Ribéry, hacen que el equipo pierda toda su rapidez de pegada por lo que, cuando los alemanes dispongan del esférico, asistiremos a otro vaivén germano sin profundidad o pelotazo al delantero pivote escogido para aguantar la llegada de refuerzos.
En frente, el mayor handicap que tiene el asturiano es el sistema de juego a utilizar. ¿Saldrá aprovechando la inercia que dejó su rival y que parece haber recuperado en los últimos encuentros de Liga o, por contra, tirará de orgullo y ordenará esa mezcla diluida de estilos que, frente a los rivales más exigentes, produce la sensación de no saber a qué juegan? Me cuesta creer que ‘Pep’ no tenga un antídoto contra su propio sistema tras el varapalo sufrido el año pasado frente al Real Madrid. Los tres centrales pueden ser ese bálsamo milagroso. El Bayern se centrará en reducir el porcentaje de acierto del tridente asesino del ‘Barça’ cubriendo la espalda de su última línea, mientras que su rival deberá parar todo un sistema combinativo de sobra conocido. Lentitud y cerrojo serán las claves de Guardiola para volver a Munich, al menos, con posibilidades.
Hace unos años multitud de pitonisos abogaron por una final de sabor a clásico español. El resultado ya lo sabemos. ¿Volverá a repetirse la historia? Tal vez esté todo más equilibrado de lo que algunos piensan.
Javi Ferrer