Jugadoras que se van, talento que se pierde
Otra vida en el extranjero. Una aventura más a escribir. Un sueño cumplido. Una realidad que sufrir.
Hoy en día, para una jugadora de fútbol española tener la oportunidad de vivir el deporte rey en otro país, ya sea europeo o americano, es una vida nueva, una aventura esperanzadora, un sueño ejecutado y una realidad a la que hacer frente. Y es que, en la España actual, una mujer no puede vivir del fútbol.
¿Por qué? ¿A qué se debe esta situación? Sencillamente, a que el fútbol femenino no está considerado profesional, y los clubes no tienen la obligación de contratar a sus jugadoras, un hecho que ha forzado ya a varias chicas a abandonar su país en busca de su triunfo en el fútbol: Adriana Martín, Laura del Río, María Ruiz, Natalia Pablos o Verónica Boquete son algunas de ellas. La última ha sido ‘Vicky’ Losada: esta joven catalana de 23 años (24 el próximo cinco de marzo) es un nombre que añadir a la lista, cada mes más larga, de futbolistas españolas que parten hacia otras ligas europeas y americanas a ganarse la vida de lo que en su país no pueden: el fútbol.
Formada en las categorías inferiores del ‘Barça’ y el Español, ‘Vicky’ es un referente en el equipo dirigido por ‘Xavi’ Llorens, y que por segunda temporada consecutiva sobrelleva la marcha, a mediados de temporada, de su cerebro en el mediocampo. El año pasado fue el Western New York Flash quien se hizo con los servicios de la jugadora, y este año es el Arsenal Ladies, uno de los equipos punteros en Reino Unido, quien se ha decidido por incorporarla a sus filas. Allí se encontrará de nuevo con Natalia Pablos, compañera en la selección española absoluta y en el New York Flash, y con su entrenador, Pedro Martínez Llosa. Esta próxima semana está prevista su incorporación al equipo después de quedarse sin opciones en Europa con el ‘Barça’ y dejar encarrilada la cuarta Liga consecutiva del conjunto azulgrana.
Así pues, el caso de ‘Vicky’ se suma ya a otros tantos que se han dado en España; talentos y mujeres brillantes que se pierden para emigrar a otros países, donde son tratadas como se merecen: con la profesionalidad y el respeto digno de jugadoras de fútbol. Horarios de entrenamiento en horas intempestivas —de 21:00 a 22:30 de la noche— viajes en autocar de más de quince horas, trabajos con los que compaginar para poder vivir… En el caso de las mujeres, al fútbol se juega “por amor al arte”; en el mundo del fútbol femenino, no aparecen los términos “dinero”, “pesetero”, “contratos millonarios”, etc., simplemente porque no existen.
De todos modos, poco a poco van apareciendo pequeños destellos de luz en forma de apoyo a la profesionalización del fútbol femenino en España. Sin ir más lejos, la semana pasada el ‘Barça’ hizo pública la noticia de que, a partir de la próxima temporada, convertirá en profesional su equipo de fútbol femenino, incluyéndolo así como una sección más dentro el club. Son hechos y decisiones como estas las que permiten a las mujeres seguir soñando, seguir creyendo, en que un día no muy lejano puedan tener el reconocimiento que se merecen en su propio país.
Carla Borràs