Documental: Grande, Luis
El 1 de febrero de 2014 el mundo del fútbol y del deporte en general se vestía de luto para despedir a Don Luis Aragonés: genio (y figura, sin duda) del fútbol, historia de la selección española y del Atlético de Madrid. Tosco, cercano, a veces no muy bien querido por el público pero, según él, romántico en lo personal; vehemente, sin tapujos ni pelos en la lengua a la hora de hablar, su carácter hizo que recibiera a partes iguales el cariño y el desprecio de quienes le conocían o creían conocerle. Derrochó toda su vida coraje y corazón, e inculcó una única máxima en el vestuario de La Roja: “Ganar, ganar y ganar”.
Toda su esencia, lo mejor y lo peor que dio Luis Aragonés al fútbol, se recoge en el documental Grande, Luis producido por Mediaset, en el que podréis encontrar imágenes inéditas de la vida de ‘El Abuelo’ dentro y fuera del campo, así como testimonios de jugadores a quienes dejó una huella especial: Iker Casillas, Santi Cazorla y Samuel Eto’o son algunos de los aprendices que le recuerdan con cariño. “Creemos que hay algunas personas que no se pueden ir”, confiesa Eto’o.
Nació en el distrito madrileño de Hortaleza durante la Guerra Civil. Heredó de su hermano el mote de ‘El Sabio’ y, 20 años más tarde, empezaba su carrera deportiva en el Club Getafe Deportivo, para continuar en el Real Madrid. Tras su paso como jugador cedido al Recreativo de Huelva, debuta en Primera División con el Real Oviedo.
Es en 1964 cuando se vincula al Club Altético de Madrid, y diez años después consiguió que la afición colchonera soñase con una Copa de Europa que finalmente ganaría el Bayern de Múnich.
Y de repente, de la noche a la mañana y por orden de Vicente Calderón, pasó a ser entrenador del equipo rojiblanco, al que dirigiría hasta 1980 y en otras tres etapas (1982-1987, 1991-1993 y 2001-2003) en las que no ocultó sus diferencias con Jesús Gil. Algo turbulento también fue su paso por el FC Barcelona en la temporada 1987-1988 donde dio la cara por sus jugadores en el llamado Motín del Hesperia, posicionamiento que le costaría el cargo.
Su trayectoria como entrenador de clubes le valió de aval para que, el 1 de julio de 2014, Ángel María Villar le pusiese al frente de la selección, de cara a la preparación del Mundial de Alemania 2006 que España abandonaría en octavos de final.
Tras el fracaso de esa edición, Luis se plantea abandonar el banquillo, pero su entorno (amigos, compañeros, familia y jugadores) no aceptan su decisión, por lo que ‘Zapatones’ decide seguir adelante pese a las adversidades, ya que al chasco en Alemania hay que sumar la polémica relación que mantuvo con Raúl González, que le supuso numerosas portadas en prensa y acusaciones de todo tipo.
No obstante, hace de tripas corazón para salir adelante y empieza a crear su estilo, el tiki-taka con el que España conseguiría la clasificación y conquista de la Eurocopa 2008. Fue sin duda la primera piedra en la época dorada del fútbol español, y su consagración como mejor seleccionador nacional del año según la IFFHS.
Criticado hasta la saciedad por sus métodos, consiguió que España pasase la barrera psicológica de los cuartos de final, en una tanda de penaltis frente a Italia que pudo infartar a más de uno. Después de golear a Rusia en semifinales, el 29 de junio de 2008 Luis Aragonés recogía los frutos de todos los años que había trabajado para ello, y levantaba la Eurocopa el mismo día que abandonaba el banquillo (se retiraría un año más tarde, tras entrenar al Fenerbahçe turco).
“Nosotros hemos venido aquí a ganar la Copa de Europa. Del subcampeón no se acuerda nadie. Dirán que si somos, que si hacemos fiesta… Hacemos fiesta si les ganamos… Y como somos mejores además les vamos a ganar” les dijo a sus jugadores, y así lo entendieron.
Su particular sentido del humor y sensatez, sus manías y sus mejores frases quedarán para todos nosotros. Porque Luis, además de por lo que nos dio, siempre será recordado por cómo era.
Gracias, Luis.
Marina N. Flores